Sasoibide suma emprendizaje y envejecimiento activo
Dos vecinas de Arrasate han diseñado una iniciativa para mejorar la salud física y mental de los mayores a través de los paseos. Como ellas mismas demuestran, la edad no es un límite para hacer cosas nuevas, lo único necesario son las ganas para llevarlas a cabo.
El espíritu emprendedor no es exclusivo de la juventud, ya que las ganas por hacer cosas nuevas ni caducan ni tienen edad. Lorea Iregi y Margarita Gorrotxategi, vecinas «plus 55» de Arrasate, son un ejemplo de esta realidad. Al igual que el movimiento se demuestra andando, juntas han ideado Sasoibide, una iniciativa para fomentar el envejecimiento activo a través de paseos. La presentaron a las Becas Aquarius para mayores y han sido seleccionadas para la final, que se resolverá el día 12 en Madrid.
Iregi y Gorrotxategi se conocieron el año pasado en un cursillo Bizipoz enfocado en el envejecimiento activo y la participación social de las personas mayores de 55 años organizado por el Ayuntamiento de Arrasate. En ese contexto, los participantes debían desarrollar un proyecto, y ellas se decidieron por los paseos para mayores de 50-55 años «aportando algo más». El objetivo es doble: contribuir a la mejora de la salud física, así como combatir la soledad fomentando las relaciones y favoreciendo nuevos vínculos sociales. «A nosotras nos pasó lo mismo. Te jubilas y se reducen tus relaciones. Todo tu mundo ha sido el laboral y de repente dejas el trabajo y vas a andar sola, saludas a quien se te cruza... Queríamos algo diferente», explica Iregi. Ella trabajó en una fábrica y su compañera de proyecto en el ámbito de la educación.
Les pareció interesante poner en marcha el proyecto, salirse del «camino que aquí llamamos la ruta del colesterol», conocer los tesoros de Arrasate y hacer cosas diferentes. Planean diseñar «seis u ocho» recorridos de dos horas por el entorno natural del municipio, siempre con una ruta alternativa, menos exigente, «porque todos no estamos en las mismas condiciones físicas». Al acabar el paseo, se reunirán «en algún hogar de jubilados para tomar un caldo o algo juntos y trabajar las relaciones». Les gustaría que un monitor les ayude al inicio con consejos y pautas sobre la postura, la respiración, los estiramientos... «cosas simples, pero que no hacemos». También visitas culturales puntuales, para cambiar e incluir ese aspecto.
Puente intergeneracional
Las dinamizadoras de Bizipoz les animaron a presentarse a las Becas Aquarius, a las que los participantes deben presentar iniciativas de emprendimiento social que estén en fase de idea. A mediados de junio supieron que Sasoibide había sido seleccionado como uno de los cinco finalistas entre los 27 proyectos presentados. Beatriz Osuna, responsable de las becas y Brand PR Senior Manager de Coca-Cola Iberia comenta que la escogieron porque les pareció «una iniciativa muy bonita que atiende a una necesidad que no está cubierta. Lorea y Margarita han visto que hay una parte de los mayores de la región que tienen un sentimiento de soledad y que pueden combatirlo a través de los paseos». De momento, han obtenido 2.000 euros de capital semilla y tres meses de formación online en la plataforma Bridges for Billions.
Uno de los objetivos de las becas, en la que colaboran la asociación de emprendimiento social Ashoka y la plataforma cultural para mayores Cincuentopía, es reflejar que «después de los 60 también hay muchas ganas por vivir y hacer cosas» aprovechando su talento, así como crear un puente intergeneracional. Para ello, en esta segunda fase cada finalista cuenta con la ayuda de un joven emprendedor. En el caso de las impulsoras de Sasoibide se trata de Pablo Ruibal, cofundador de la plataforma online especializada en alquiler de barcos Boatjump.
Ruibal recuerda que el proyecto le resultó muy interesante «primero, porque me gusta en sí misma la idea de mejorar la vida de mucha gente de una forma sencilla y, sobre todo, me gustan las emprendedoras. Las veo supercapaces de llevarla a cabo, con mucha ilusión y predisposición». Basándose en su propia experiencia, les está ayudando a aterrizar el proyecto, centrando las ideas y fijando una estrategia para ponerla en práctica lo antes posible. Lo hace desde Valencia, por teléfono y e-mail, aunque en los próximos días se reunirán en persona, probablemente en Arrasate. También tendrán una última sesión a mediados de julio, antes de la presentación final, «para pulir esos cinco minutos de exposición en la que enganchar al jurado y ser premiadas».
El mentor está convencido del potencial de Sasoibide y del trabajo que las dos responsables están haciendo. «Conocen muy bien qué demanda su público objetivo, así como qué instituciones y agentes de la ciudad pueden ayudarles a lanzar el proyecto». Por su parte, Iregi reconoce que todo lo ocurrido con la beca ha sido inesperado. «No nos lo esperábamos, ha sido una gran sorpresa, muy feliz. Estamos muy contentas de haber llegado hasta ahí. ¿Ganar la final? Estamos trabajando con empeño para eso. ¡A ver si lo logramos!», dice ilusionada.
Todo lo aprendido y ganado les será de utilidad para pasar de las intenciones a los hechos. Son conscientes de que no van a poder hacerlo solas y por eso están en contacto con entidades como el Ayuntamiento o los servicios de salud. Su intención es constituirse como una asociación sin ánimo de lucro en otoño y esperan que «entre muchos» puedan poner en marcha Sasoibide. Un proyecto que refleja a la perfección el espíritu de sus promotoras: «Vamos haciéndonos mayores, hacemos otras cosas, pero podemos poner proyectos en marcha. Además, está siendo muy enriquecedor. Vamos de sorpresa en sorpresa... y muy a gusto».