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La posición gubernamental contra la inmersión lingüística preocupa en Ipar Euskal Herria

El debate en el Senado francés del proyecto de nueva articulación institucional para Alsacia derivó en una toma de posición a cargo de la ministra para las Colectividades Territoriales, Jacqueline Gourault, en contra de la inmersión «en lenguas regionales» que ha generado zozobra en Euskal Herria. Las escuelas bilingües de Ipar Euskal Herria pedirán cuentas al Ministerio de Educación.

Jacqueline Gourault, en una imagen de archivo. (@gouvernementFR)

El responsable de AEK en Ipar Euskal Herria, Jacques Bortairu, no ocultaba, anoche, ante las cámaras de ETB, su malestar por el hecho de que, coincidiendo con el paso de Korrika por Zuberoa, Nafarroa Behera y Lapurdi, una representante del Gobierno francés se haya pronunciado en contra de la inmersión en «lenguas regionales».

Aunque las declaraciones de Jacqueline Gourault respondían al debate alsaciano, en distintos territorios, caso de Bretaña y Euskal Herria, sus palabras han provocado «gran preocupación», en palabras del propio Bortairu.

Efectivamente, el paso por el Senado del proyecto de reorganización institucional de Alsacia sirvió a Gourault para afirmar que impulsar el modelo inmersivo en «lenguas regionales» en el sistema educativo público francés sería «anticonstitucional».

Con sus palabras, la representante de Macron ponía de manifiesto una posición ideológica que «no me ha sorprendido, pero que ha confirmado mis temores», según declaraba el senador conservador vasco Max Brisson a distintos medios, entre ellos Mediabask.

Coincidiendo con su participación en Korrika, en Kanbo, Jean-René Etchegaray, se sumaba al rechazo a esas declaraciones, a la par que reiteraba el respaldo de la Mancomunidad Vasca «al desarrollo de la lengua» en todos los dominios.

17 escuelas experimentan el modelo

Nada menos que 17 escuelas de Ipar Euskal Herria desarrollan, a título experimental, y de modo voluntario, ese modelo inmersivo cuya legalidad pone en duda ahora Gourault.

Por ello, dos asociaciones que secundan la formación bilingüe, Ikas Bi y Biga Bai, han denunciado la «posición ideológica» de la responsable para las Colectividades Territoriales.

El presidente de la primera, Thierry Delobel, ha confirmado, además, que pedirá explicaciones al Ministerio de Educación.

Gourault sitúaba expresamente como único terreno de desarrollo para la educación inmersiva «las escuelas privadas, como las escuelas Diwan», la red de escuelas en bretón, con las que Seaska comparte, desde hace años, iniciativas para avanzar en el respecto a las lenguas que se hablan en distintos territorios hexagonales, caso del corso, el occitano o el alsaciano.

Contra el pacto territorial

Al hilo de la polémica, Euskal Konfederazioa difundía, por su parte, un comunicado en el que esta coordinadora muestra «su profundo enfado» por las consideraciones de la ministra, remarca el camino de acuerdo, con aval institucional, y que ha permitido desarrollar la experiencia inmersiva en el sistema público.

A tiempo, rechaza que se atribuya un carácter exclusivo al modelo de enseñanza que desarrollan Diwan o Seaska «cuando, al mismo tiempo, el Ministerio de Educación no responde a las necesidades de las ikastolas y ahoga financieramente el único modelo de inmersión que reconoce Gourault».

Para esta coordinadora, referente de las organizaciones que trabajan en favor del euskara en Iparralde, con sus posiciones la ministra desliza hacia un espacio de no legalidad, al desconocer de facto el llamado Pacto Territorial.

Según recuerda, el desarrollo del modelo inmersivo en el sistema público galo se basa en la ley de experimentación, pactada entre Estado y territorios, en el caso del Departamento de Pirineos Atlánticos en 2004. Ese acuerdo fue renovado y extendido en 2010, cara a detallar más precisamente cómo aplicar el modelo inmersivo tanto en lengua vasca como occitana.

«Esas orientaciones, que han permitido extender el marco inmersivo y profundizar en su desarrollo en la red bilingüe, han sido acordadas una y otra vez en el seno de la Oficina Pública de la Lengua Vasca (OPLB), por el Estado, la región, el departamento y ahora también la Mancomunidad Vasca», pone de manifiesto en su nota Euskal Konfederazioa, lo que le lleva a concluir que «negando el desarrollo del modelo inmersivo el Gobierno francés estaría vulnerando sus acuerdos con las colectividades territoriales».