Cerdán e Iriarte, en los tribunales por una exclusiva de NAIZ
Santos Cerdán, uno de los hombres de máxima confianza de Pedro Sánchez, ha acudido hoy a los tribunales por la denuncia que le interpuso el parlamentario de Navarra Suma Iñaki Iriarte. Este le reclama 10.000 euros por haberle llamado «facha» después de que trascendiera su presencia en una comida de carlistas en Leitza con la que se cerraba un acto de ensalzamiento del golpe de estado de 1936 como «Cruzada».
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UPN quiere marcar distancias con los coqueteos ultras de sus representantes en Leitza a golpe de demanda. El pasado 27 de agosto, NAIZ desvelaba la presencia de los parlamentarios de NA+ Iñaki Iriarte y Pachi Pérez en una comida en Leitza. Esta comida se enmarcaba en los actos de homenaje a un requeté a quienes los organizadores consideraban «el primer muerto en combate de la Cruzada de la Liberación».
Otros medios de comunicación recogieron la noticia y la dotaron de enorme eco, aunque quizás pasaron de puntillas por el hecho de que los dos parlamentarios de Navarra Suma (ambos salidos de las listas de UPN) no habían participado en el homenaje previo a la comida. La presencia de Iriarte en Leitza aquel día, ciertamente, suscitó enorme polémica y, en octubre, Cerdán acabó llamando «facha» al parlamentario en un mitin en Cintruénigo junto a Adriana Lastra
La polémica molestó a Iriarte, que es profesor de Pensamiento Político de la UPV, por lo que acabó abriendo la vía judicial tanto contra el medio que recogió la noticia de NAIZ como contra el propio Cerdán. Iriarte, al que UPN había encomendado las tareas relativas a memoria histórica, sostiene que se atentó contra su honor y, además, que la noticia le había acarreado problemas en su labor docente.
Cerdán, sin embargo, no rectificó y, por este motivo, hoy se ha celebrado la vista. Iriarte le reclamaba 10.000 euros y el diputado del PSN ha seguido sin dar su su brazo a torcer. A la salida, Cerdán ha recordado, además, que Iriarte no es solo un profesor, sino que también es un político y que el fascismo está hoy día dentro del debate público.
La Fiscalía ha decidido intervenir en favor del parlamentario de Navarra Suma, considerando pertinente una rectificación, aunque rebajando el dinero de la indemnización hasta una cifra casi simbólica, de cien euros.
El experto no se dio cuenta de nada
El abogado de Iriarte ha asegurado al término de la vista que el parlamentario acudió a una «comida con amigos» en la que no hubo «ni actos, ni discursos, ni exaltación del 36». Según su versión, se trató una simple comida. Iriarte llegó a las dos y se fue una hora y media después.
Cuesta abstraerse, sin embargo, de los vastos conocimientos con los que cuenta Iriarte de lo que fue el golpismo carlista y que no viera las boinas rojas con borla, ni las cruces borgoña que le rodeaban. Resulta obvio que la comida muy simple no era.
Y es que, además de todo, esta no es la primera vez que UPN se ve inmerso en esta polémica. Un año antes había pasado exactamente lo mismo, si bien no acudieron parlamentarios, sino tan solo representantes locales. El líder de UPN, Javier Esparza, fue cuestionado sobre este asunto por GARA aprovechando la siguiente Mesa y Junta de Portavoces. Esparza realizó unas explicaciones de dudosa veracidad. Esta mañana, Esparza ha acudido como testigo de la acusación ejercida por Iriarte.
A modo de apunte casi cómico, conviene destacar el comunicado que emitió la Comunión Tradicionalista Carlista (CTC) para defender que Iriarte no acudió a un acto franquista aquel día. «Tales actos no pueden calificarse nunca de actos franquistas, pues ni se exhibió foto alguna del General Francisco Franco, ni se habló de él, ni se pronunciaron vivas al mismo, ni hubo siquiera banderas de España con el Águila de San Juan», aseguraron en la nota. Pero, casi a renglón seguido, la CTC matizó su aclaración con las siguientes palabras: «La bandera de Navarra con la Cruz Laureada no es una bandera franquista, sino que es la bandera Navarra con la pública reproducción de la Laureada de San Fernando que tan heroicamente ganaron nuestros padres y abuelos por su generosa aportación en hombres y muertos, en una guerra que el Papa Pío XII calificó de Cruzada, y que como tal la consideramos todos los Carlistas».