Desolación y ganas de luchar por el futuro en Agoitz ante el cierre de Siemens-Gamesa
Incredulidad, desolación y ganas de pelear por el futuro de la zona son los sentimientos que se entremezclan en Agoitz desde que se conoció las intenciones de Siemens-Gamesa de cerrar su planta de la localidad.
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La tarde del pasado martes día 30 de junio no se olvidará fácilmente en la zona de Agoitz. A última hora corría como la pólvora la noticia de que Siemens-Gamesa había decidido cerrar la planta con la que cuenta en la localidad dejando en el paro a 239 trabajadores. «¿Es verdad?», pedían confirmación vecinos con la cara desencajada y atenazados por la preocupación.
Y era cierto, a pesar de que no se esperaba semejante anuncio después de que, una semana antes, cerca de 80 eventuales y trabajadores de ETT ya quedaran fuera de un proyecto que la propia empresa ha reconocido que es «viable» y «excelente desde el punto de vista productivo», como le han llegado a asegurar al comité de empresa.
En los días que han pasado desde esa negra jornada, la amenaza de cierre se ha extendido como una lúgubre sombra por la localidad. En la misma entrada del pueblo, bajo un gran cartel que muestra los principales atractivos turísticos de la localidad, ha sido colocada una pancarta con el lema: ‘Siemens-Gamesa. No al cierre-Ez itxi. Agoitz-Aoiz’.
Según se avanza hacia el lugar en el que se levanta la planta de Siemens-Gamesa, nuevas pancartas muestran el rechazo hacia esa medida de la multinacional.
En el exterior de la empresa se ven varios corros de trabajadores que analizan la terrible situación creada, mientras preparan más pancartas reivindicativas, como la que aparece en la misma valla que rodea el perímetro de la planta, en la que se lee: ‘No al cierre. 239 familias a la calle. La falsa joya de Siemens Gamesa. Siemens Gamesa Aoiz RIP’. Varias cruces acompañan el mensaje, al que se suma un muñeco que representa a un trabajador perfectamente equipado con guantes, mascarilla y buzo blanco dentro de un improvisado ataúd.
Entre esos trabajadores se encuentra Andrés Márquez. Es vecino de la cercana localidad de Urroz y lleva diez años trabajando en Gamesa, lo que le convierte en uno de los más veteranos de la zona desde que se abrió la planta en Agoitz.
Márquez recuerda que el total de empleos destruidos en realidad asciende a 320, ya que en primer lugar se quedaron en la calle «unos 80 eventuales de la empresa y de ETT». Ese primer paso ya dejó «tocado» al resto de la plantilla y «nos empezamos a creer el rumor de que podría llegar un cierre definitivo en septiembre u octubre». Hasta que se produjo la noticia con antelación y «de golpe y porrazo».
El turno de tarde la conoció en la misma fábrica, pero el resto «nos enteramos por los medios de comunicación», una situación que se puede extender al mismo comité de empresa, «al que le pilló el anuncio reunido con Manu Ayerdi», consejero de Desarrollo Económico y Empresarial del Gobierno de Nafarroa.
Márquez tiene 47 años y se sitúa en la media de edad de la plantilla, que ronda los 45. Una edad «muy complicada para encontrar trabajo y más en este contexto del covid-19».
Al fuerte impacto que supone para el empleo en la zona, añade las consecuencias para el conjunto de la economía local, ya que «aquí está trabajando gente de otros lugares, como Alsasua, Tudela e incluso Albacete». Estos últimos trabajadores se instalaron en Agoitz para mantener sus puestos de trabajo, «viven aquí, consumen en el pueblo y es otra parte más de riqueza que se va a perder».
En la misma línea se expresa Amaia Goñi, también empleada de la planta, quien recuerda que no solo han sido reubicados en la fábrica de Agoitz los trabajadores de otras plantas cerradas por Siemens-Gamesa, sino «gente de empresas que han cerrado en la zona». Goñi destaca la solidaridad y el apoyo que están recibiendo desde que se conoció la noticia del cierre, tanto de los vecinos de la zona como de otras plantas de la multinacional, y considera que «la gente va a responder bien» ante sus peticiones de apoyo a las movilizaciones que vayan llevando a cabo.
Ese respaldo ya se hace presente en el ámbito de la economía local de Agoitz. Así, Pili Cosín, que regenta el establecimiento hostelero Zuribeltz, muestra su apoyo incondicional a la plantilla «porque somos nosotros, porque aunque no formemos parte de la plantilla, nos implica a todos».
Cosín destaca que el anuncio del cierre agrava «una situación muy deprimente a nivel laboral en esta zona. Supone que la única empresa que tenía visos de futuro para ir contratando a más gente de Aoiz se va».
Por ese motivo, destaca que «estamos muy asustados los comercios, hostelería… porque hemos estado siempre un poco olvidados a la hora de invertir y de tener futuro. Tenemos un polígono enorme casi vacío y no terminan de llegar inversiones industriales».
Una compensación por el pantano de Itoitz
Todas estas consecuencias de la unilateral decisión de la empresa las tiene muy presentes el alcalde de la localidad, Angel Unzue, de EH Bildu. Apenas un año después de llegar al cargo en las últimas elecciones municipales, se ha encontrado con este «auténtico jarro de agua fría, porque para nada nos esperábamos esta medida tan drástica».
Unzue hace memoria y recuerda que «hace diez años se le puso la alfombra roja a la empresa por parte del Ejecutivo foral. Entonces estaba de presidente Miguel Sanz y vendió la instalación de Gamesa en la localidad como una compensación por el pantano de Itoitz. Incluso llegó a decir que ya que Aoiz había sido solidario con el resto de Navarra, iban a trasladar una empresa que iba a crear 500 puestos de trabajo y que si hacía falta desdoblar carreteras, se haría».
Pero el paso del tiempo desdijo esas declaraciones triunfalista, ya que «no se creó tanto empleo, puesto que terminaron viniendo trabajadores procedentes de otras plantas que había cerrado la empresa. Ahora, diez años después, vemos cómo de la noche a la mañana, cierra y se va».
Unzue ya estaba preocupado ante la deriva que llevaba Siemens-Gamesa y tras lo sucedido con los eventuales, decidió contactar con la dirección de la empresa para solicitar una reunión «para conocer a corto o medio plazo qué expectativas tenían». Finalmente, el pasado martes a las 20.15 horas se puso en contacto con él Javier Trapilla, responsable de parques eólicos de la multinacional. «Me dijo que era una llamada de cortesía para anunciarme el cierre. Yo me había enterado de lo que sucedía diez minutos antes por los medios y le dije que menuda cortesía».
La llamada sirvió para que el Consistorio mantuviera finalmente una reunión con la dirección de la empresa el pasado jueves, en la que «insistieron en que el cierre es una cuestión de competitividad, que ahora se va a un modelo de pala más largo y que su traslado hasta el puerto de Bilbao es muy difícil con las actuales carreteras.
Ante ese argumento, los representantes del Ayuntamiento les replicaron que la planta cuenta con «naves modernas con espacio para poder acometer ese modelo y que de esa manera no se dejaría en la estacada a 239 familias. Y «les recordamos que ellos decidieron instalarse en Aoiz hace diez años y que se debería haber previsto esta situación de palas más largas. Sabían cómo eran las conexiones y nos parece una medida irracional, y les hemos dicho que es una deslocalización pura y dura».
El Ayuntamiento de Agoitz está dispuesto a pelear todo lo que sea necesario para revertir ese cierre, tarea en la que quieren contar con el Gobierno de Nafarroa, con el que ya han contactado. Consideran fundamental esa implicación para revertir una situación económica especialmente dura en la zona, ya que «en mayo de 2020 teníamos un índice de paro del 13,75%, mientras que en Navarra está sobre el 9 o 10. Así que veníamos arrastrando una situación complicada y ahora más todavía».
A esa terrible estadística se sumarían las 50-60 familias de la zona que se verían afectadas por el cierre, con «el impacto que supone a todos los niveles en el pueblo. La economía a nivel local se va a resentir, el comercio la hostelería, el propio Ayuntamiento, familias que alquilaban pisos a los que vinieron a trabajar aquí… Va a tener un impacto fuerte».
A lo que se suma «la propia desindustrialización del polígono de Aoiz». El alcalde recuerda que dentro del pre-Pirineo, Agoitz «es una zona castigada a nivel de despoblación y que ya venía muy dañada de la anterior crisis a nivel industrial. Parecía que se iba recuperando estos últimos años, pero esto es un mazazo. No hay más que ver cómo está el polígono industrial y cómo se puede quedar. La situación a nivel industrial se queda muy tocada».
Moción de apoyo a la plantilla del Ayuntamiento
Por todos estos motivos, en el Pleno del Ayuntamiento celebrado el pasado jueves se aprobó de urgencia una moción de apoyo a la plantilla y en contra del cierre. Fue una reunión en la que estuvo presente un nutrido grupo de trabajadores que agradeció el respaldo del Consistorio y animó a la sociedad a sumarse a las movilizaciones que ya han convocado y que tienen previsto realizar más adelante.
A continuación, trabajadores y vecinos de la zona se congregaron en los alrededores del ayuntamiento detrás de una pancarta, mientras se sucedían los comentarios de personas que se mostraban dispuestas a llevar su apoyo a la plantilla hasta la misma Iruñea, donde el sábado 11 de julio está convocada una manifestación que partirá a las 18.00 horas de la antigua Estación de Autobuses.
Después del shock, llega el momento de la reacción y en Agoitz no faltan ganas de pelear por el futuro de la zona. Así que los trabajadores de Siemens-Gamesa de Agoitz no caminarán solos en esta dura travesía por el mantenimiento de sus puestos de trabajo.