Desplantes que duelen en Irlanda, talento que florece en Inglaterra

«Preferiría estar en el puesto 150 del mundo y no volver a clasificarme nunca más para un gran torneo que tener a alguien ha defendido nuestra camiseta pero que dice que necesita tiempo para pensar si debe de volver a jugar con nosotros». Así de contundente se mostraba el antiguo internacional irlandés Kevin Kilbane en agosto de 2018 después de conocer que Declan Rice había rechazado la convocatoria de Martín O’Neill para jugar con los Boys in Green. El jugador del West Ham, que ya había disputado tres amistosos con el combinado absoluto irlandés, tenía sobre la mesa la posibilidad de ser llamado por Inglaterra, su país natal. 

En declaraciones a Virgin Media, el exfutbolista del Everton desarrollaba su enfado asegurando que la actitud de Rice suponía «una bofetada en la cara del resto de jugadores jóvenes». Nacido en Preston pero hijo de irlandeses, Kilbane fue internacional en 110 ocasiones, participó en el Mundial de 2002 y declinó jugar con Inglaterra en juveniles. En la misma línea se manifestaba otro mito de la selección irlandesa como Andy Townsend: «Una vez que has sido internacional absoluto, debes de mantener tu compromiso con el país». El periodo de reflexión de Rice terminó en febrero de 2019, cuando el jugador de los hammers anunció su decisión de jugar con el equipo de los three lions y aseguraba sentirse «orgullo de ser inglés». Unas palabras a las que Kilbane no tardó en responder señalando que «si estás orgulloso de ser inglés, no juegas con Irlanda». 

Los abuelos paternos de Rice son de Douglas, una localidad del condado de Cork, lo que le habilitaba para jugar con los Boys in Green. De hecho, desde 2015, lo hizo en las categorías sub-16, sub-17, sub-19 y sub-21. Con la absoluta, fue convocado por primera vez en mayo de 2017 para enfrentarse a México, Uruguay y Austria, aunque no llegó a debutar. Su estreno se produjo el 23 de mayo del año siguiente frente a Turquía. El futbolista del West Ham también lució la elástica irlandesa en los amistosos ante EEUU y Francia. Sin embargo, el que no fuesen partidos oficiales habilitaba un posible cambio de selección. 

Tras la renuncia a formar parte de la convocatoria de agosto de 2018, Rice se reunió con el entonces nuevo seleccionador Mick McCarthy y su ayudante Robbie Keane. Un encuentro en el que le ofrecieron construir un equipo a su alrededor y le señalaron como el futuro capitán de la República de Irlanda. Fueron intentos baldíos, ya que en febrero de 2019 el centrocampista anunció su deseo de ser convocado por Inglaterra. Pese a ello, el 13 de marzo de 2019, la federación irlandesa (FAI) le nombró «mejor jugador joven del año». Un galardón que el ex delantero de los Boys in Green Nial Quinn tildó como «vergonzante» y que precedió al debut de Rice con Inglaterra. 

Del fútbol gaélico a los «three lions»

La renuncia del jugador del West Ham echaba sal en una herida abierta por Jack Grealish, otro de los componentes de la plantilla de los pross. Nacido en Birmingham, tres de sus cuatro abuelos son de origen irlandés. Raíces que se dejan notar en su educación, ya que el talentoso mediapunta del Aston Villa acudió a un colegio católico. Un centro en el que coincidió con Aoife Mannion, futbolista del Manchester City y cuyos padres también proceden de Irlanda. Grealish, además, practicó el fútbol gaélico hasta la adolescencia y llegó a jugar en el mítico estadio de Croke Park.

Con apenas 15 años, fue citado por la selección sub-17 irlandesa, pero no acudió y en otoño de 2012 recibió los primeros cantos de sirena de la federación inglesa. No obstante, en agosto de 2013 se estrenó con la sub-21 de los Boys in Green ante Islas Feroe y reafirmo su compromiso de forma pública. Un año después, en cambio, rechazó saltar a la absoluta, limitándose a jugar con el equipo de promesas. 

En otoño de 2014 volvió a renunciar a jugar con la sub-21 irlandesa mientras Gareth Southgate confirmaba el interés inglés en contar con sus servicios. Unos desplantes a los que la FAI respondió otorgándole el trofeo a «Jugador del año». La historia se repitió en mayo de 2015, cuando Grealish declinó de nuevo la posibilidad de jugar de Irlanda y, finalmente, anunció su deseo de jugar con los «pross». Eso sí, tuvo que esperar cinco años para poder estrenarse con el primer equipo inglés. 

Los casos de Rice y Grealish se asemejan al del zaguero del Everton Michael Keane, que no forma parte de la plantilla para la Eurocopa pero que en el pasado reciente ha entrado en las convocatorias de los three lions, y que tras ser internacional sub-17 y sub-19 no tuvo empacho en reconocer ante los medios que había utilizado a al combinado irlandés «como trampolín» para ser llamado con Inglaterra. 

Otro futbolista de los pross con raíces irlandesas es el mismísimo Harry Kane. Su padre nació en Connemara, la localidad del condado de Galway al que hacía referencia el escritor vizcaino Julen Gabiria en uno de sus libros, y su abuelo está enterrado en un municipio cercano. En 2015, Martin O’Neill se reunió con la intención de reclutarle para los Boys in Green, pero el delantero del Tottenham tenía claro su deseo de jugar con la selección inglesa. 

«Pensar en Bamford no es realista»

Los 17 goles anotados con el Leeds United de Marcelo Bielsa permitían a Patrick Bamford albergar esperanzas de ser citado por Southgate para disputar la Eurocopa. Sin embargo, el seleccionador le dejó fuera de su lista y tampoco le incluyó entre los reservas. Nacido en el condado inglés de Lincolnshire en el seno de una familia acomodada, no es un futbolista al uso. Estudió en un privilegiado colegio privado, toca el piano, el saxo o el violín y es capaz de desenvolverse en alemán, castellano o francés. La nacionalidad irlandesa de su abuelo le permitiría jugar con el equipo verde. Algo que ya hizo en categoría sub-18, pero que no ha vuelto a repetir, ya que posteriormente fue llamado por las selecciones sub-19 y sub-21 de Inglaterra. 

Su ausencia en la Eurocopa volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de que Bamford fuera citado por los Boys in Green pero en declaraciones efectuadas el pasado mes de junio el director técnico irlandés Stephen Kenny aseguraba que «ha dicho que su sueño es jugar con Inglaterra por lo que no es una opción realista en este momento aunque se trate de un gran delantero». Pese a ello, la puerta no parece cerrada del todo, ya que en las reuniones que el delantero del Leeds mantuvo con Martin O’Neill o Mick McCarthy nunca desechó la opción de debutar con Irlanda. 

Un cambio que también podrían efectuar el defensa Ben Wilmot –internacional sub-21 inglés– o el delantero del Manchester City Liam Delap. Nacido en 2003, su familia procede de Donegal –uno de los condados del norte de Irlanda– y es una de las grandes promesas de los skyblues. Su padre Rory, ex jugador de Southampton y Stoke conocido por sus potentes saques de banda, disputó 11 partidos con la elástica de los Boys in Green. En su caso, el seleccionador Kenny se ha mostrado «esperanzado».

Quienes no jugarán con el equipo irlandés son James Maddison y Nathan Redmond. El verano de 2019, el diario «The Independent» informó del interés de la FAI en contar con el centrocampista del Leicester, que también cuenta con un abuelo irlandés, pero en setiembre de ese mismo año debutó con Inglaterra en un partido clasificatorio ante Montenegro. Es su única internacionalidad, pero al tratarse de un encuentro oficial y contar con más de 21 años no podrá cambiar de selección. Por su parte, Redmond también ha disputado un solitario choque con los pross, aunque en su caso fue en un amistoso contra Alemana. En 2019, Mick McCarthy trató de convencerlo para jugar con los verdes, pero fue llamado por Southgate en la pre-lista para final a cuatro de la Nations League. No fue incluido en la relación final y esta primavera ha recibido la invitación de la selección jamaicana para formar parte de su combinado.