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Ainhoa Tirapu optará a presidir la nueva Liga profesional

La exguardameta del Athletic anuncia su candidatura conjunta con Dolores Martelli el mismo día en el que el CSD ha adelantado que el lunes se aprobarán los estatutos de la nueva categoría.

Ainhoa Tirapu durante una comparecencia en el Parlamento de Gasteiz. (Juanan Ruiz | Foku)

Ainhoa Tirapu podría ser la presidenta de la Liga profesional femenina, que en los próximos días podría dar un acelerón. El mismo día en el que el presidente del Consejo Superior de Deportes José Manuel Franco ha adelantado que el próximo lunes se aprobarán, por fin, los estatutos de la nueva competición, la exguardameta del Athletic y Dolores Martelli han hecho pública su candidatura a la presidencia de la Liga.

«Unidas por el fútbol» se presenta como la «primera candidatura independiente y liderada íntegramente por mujeres que, avaladas por su amplia experiencia buscarçan desarrollar la máxima categoría del fútbol femenino español», han explicado. Se trata, realmente, de una precandidatura, ya que aún no se ha abierto el plazo para la presentación de candidaturas, para lo que resulta imprescindible la aprobación de los estatutos. En una nota pública han explicado que su proyecto «se sustenta en la experiencia dentro y fuera del campo» de Tirapu y Martelli y que «busca el desarrollo del fútbol femenino a través del consenso y la inclusión, apoyándose en la confianza, la independencia y el conocimiento de sus impulsoras».

Ainhoa Tirapu colgó las botas hace dos años, tras una larga trayectoria que arrancó en Lagunak y le llevó a militar tres lustros en el Athletic, donde ahora ejerce de entrenadora de porteras. Licenciada en Química, fue una de las representantes destacadas de las futbolistas en la negociación del convenio colectivo, de cuya firma se acaban de cumplir dos años. Dolores Martelli, por su parte, ha desarrollado su larga carrera en el mundo del marketing y los eventos deportivos. Fue responsable de patrocinio de fútbol femenino en Iberdrola y pasó después a la Federación Española de la mano de Luis Rubiales, que le nombró directora de Fútbol Femenino de la RFEF, aunque dimitió de su puesto antes de un año en el mismo. El objetivo de ambas, han informado, es «desarrollar la Liga Profesional de Fútbol Femenino y recuperar el tiempo perdido en las últimas temporadas, uniendo los esfuerzos públicos y privados que permitan lograr una Liga competitiva y sostenible».

Nueve meses después, los estatutos

Tiempo, desde luego, ha transcurrido, no ya desde que se empezara a trabajar por la profesionalización de la categoría, sino incluso desde que el Consejo Superior de Deportes anunciara a bombo y platillo su aprobación, el pasado 15 de junio. Los desacuerdos entre los clubes, en cuyas manos queda la nueva competición –bajo la supervisión del CSD las tres primeras temporadas–, la clara oposición de la Federación Española o la discutible actitud del propio CSD, indisolubles de todos los problemas que ya se arrastaban, con los derechos de televisión y la lucha del fútbol masculina entre Liga y RFEF en el fondo de todo, han ido retrasando no ya la puesta en marcha de la primera Liga profesional, que teóricamente debía ser la que se disputa en la actualidad, sino cada uno de los pasos previos a su constitución.

Empezando por los estatutos. Pese a no ser un requisito legal, el CSD exigió la unanimidad de los clubes pero, incluso una vez conseguida, los plazos se han seguido dilatando. Esta mañana, el presidente de la institución José Manuel Franco ha anunciado que el próximo lunes, la Comisión Directiva del CSD se reunirá para su aprobación.

Llegará entonces el momento de elegir una Junta Directiva y la presidenta, que será mujer y no pertenecerá a ninguno de los clubes de Primera. Los rumores sitúan desde hace meses entre las candidatas a María Teixidor, exdirectiva del Barcelona; María Tato, que dejó la Junta Directiva del Athletic para hacerse con las riendas del fútbol femenino en la Federación Española; o Ana Muñoz, exdirectora general del CSD y exvicepresidenta de la Federación Española, cargo del que dimitió hace dos años. El primer paso adelante, sin embargo, lo han dado Ainhoa Tirapu y Dolores Martelli.