Aiztondo Klasika, suspendida por el problema que paraliza el ciclismo de base en Gipuzkoa
La imposibilidad de asegurar a los motoenlaces que colaboran con la organización de las pruebas para garantizar su seguridad también ha provocado que el fin de semana no puedan correr los cadetes en Beasain y los juniors en Eibar. Los élites y los sub’23 sí van a poder competir en Bizkaia y Murcia.
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Los organizadores de la Aiztondo Klasika han comunicado este jueves la suspensión de una de las tres pruebas más importantes del calendario amateur vasco incluidas en la Copa de España élite y sub’23 que se iba a disputar el 12 de marzo.
Este anuncio se conoce horas después de confirmarse la suspensión de las pruebas previstas en Gipuzkoa este fin de semana para cadetes en Beasain y para juniors en Eibar por los problemas que tiene la Federación Guipuzcoana para conseguir que puedan asegurarse los motoenlaces que ayudan a la Ertzaintza y a las organizaciones para la seguridad de las pruebas ciclistas.
La primera del calendario vasco amateur en Zumaia del pasado fin de semana sí pudo celebrarse por la disposición de los voluntarios de la organización, pero las demás han tenido que arrojar la toalla mientras muy cerca, en Bizkaia, este sábado se disputará la segunda prueba del Euskaldun en Ereño.
El domingo también hay otra carrera de la Copa de España en Alcantarilla (Murcia) con la participación de los cuatro mejores equipos vascos –Laboral Kutxa, Caja Rural, Finisher y Telco’m–, de la misma manera que se han celebrado esta temporada pruebas en Cantabria y en Iparralde con toda normalidad. El problema afecta por ahora solo a Gipuzkoa.
Comunicado oficial de la Aiztondo Klasika
La organización de la Aiztondo Klasika, un ejemplo a todos los niveles, se reunió en la noche del miércoles y decidió suspender la carrera «ante los problemas surgidos en Gipuzkoa para la organización de las pruebas ciclistas garantizando la debida seguridad vial para todos los participantes».
Nos hemos visto obligados a suspender la edición de éste año. pic.twitter.com/LGJaFKnpxE
— AIZTONDOklasika (@AIZTONDOklasika) March 2, 2023
Añade que «los problemas no nos conciernen exclusivamente a nosotros, son generales, y pese a trabajar con la misma voluntad e ilusión de siempre, todo esfuerzo ha sido inútil para llevar a cabo la organización de la carrera con las mínimas garantías. El problema es grave y si tiene solución ésta vendrá por la colaboración de todas las partes implicadas».
El conflicto con los motoenlances en Gipuzkoa es uno más de los que se tienen que encontrar los organizadores de carreras y su Federación, con normas cada vez más estrictas por parte de la Ertzaintza y del Departamento de Interior del Gobierno Vasco.
El año del inicio del Tour en Euskal Herria
Mientras las instituciones vascas se van a gastar este año más de catorce millones de euros para organizar tres etapas del Tour que van a cortar las carreteras vascas durante horas, ponen cada vez más trabas a las organizaciones de carreras formativas. Así no pueden competir los ciclistas en la base porque no ofrecen soluciones a los problemas que plantean, al no asegurar a los motoenlaces ni poner más efectivos de la Ertzaintza para que se puedan desarrollar las carreras.
Los organizadores se encuentran problemas para todo, también a nivel de recorrido, sin poder pasar por la N1, y sin poder cortar el tráfico durante más de unos pocos minutos. Eso condiciona la progresión de los chavales porque los organizadores deben hacer kilometrajes cortos y en los que los puertos se concentran al final para que medio pelotón no se vea obligado a retirarse en pocos kilómetros. Eso provoca que los vascos pasen a profesionales en desventaja con los de otros países acostumbrados a mayores kilometrajes y dureza en sus recorridos.
En abril se disputa el Memoral Valenciaga, la prueba más importante del calendario amateur vasco, y en este momento, como en todo el resto del calendario, no hay ninguna garantía para su desarrollo, cuando en esas mismas fechas hay varias etapas de la Itzulia por territorio guipuzcoano. Mientras las instituciones vascas financian pruebas profesionales que plantean más problemas de tráfico, se paraliza el ciclismo de base cuando debería ser su prioridad.