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Entrevue
Ion Izagirre
Corredor del Cofidis

«Espero que nuestros triunfos valgan y animemos a los jóvenes a practicar nuestro deporte»

El guipuzcoano explica que la victoria de Lafay en Donostia no ha relajado al Cofidis, sino que le ha dado más confianza para buscar una segunda. No ha querido esperar a Morzine, con un final idéntico a la etapa que ganó, ha buscado la escapada desde el domingo y la primera que ha cogido la remató.

Ion Izagirre tuvo tiempo para pensar cómo celebrar su segunda victoria en el Tour. (Thomas SAMSON/AFP)

Ion Izagirre (Ormaiztegi, 1989) atiende a NAIZ en la única entrevista que dio tras bajar del podio y cumplir con todos los compromisos sin poder evitar el apretón de manos, el abrazo y la felicitación por darnos a todos los vascos la segunda gran alegría en un Tour inolvidable desde su inicio en Euskal Herria.

Estaba escrita de antemano otra entrevista suya con la idea de publicarla hoy antes de la etapa del sábado en Morzine, pero el de Ormaiztegi no ha querido esperar a ese día al volver a un recorrido inolvidable para él. Nunca tirar a la papelera un trabajo y cambiarlo fue tan satisfactorio.

¿Cómo ha sido la segunda victoria en el Tour?

Difícil, porque desde la salida ha sido muy caro entrar en la escapada, ha habido mil ataques por todas partes. No sabías si era el grupo o el ataque bueno, porque lo han intentado muchos equipos y muchos corredores. Ha habido un descontrol y en una especie de bajada hemos conseguido escaparnos algunos con Andrey y Matteo, abrimos un hueco y ahí se ha creado la escapada. Luego ha entrado más gente desde detrás y, cuando ya estaba hecha, hemos analizado a los escapados, a ver cómo podíamos conseguir la victoria.

No era fácil la táctica porque todos los que han entrado estaban entre los pocos que quedaban en el primer grupo.

En la penúltima subida he preferido levantar un poco el pie y subir a mi ritmo porque había muchos ataques y esas arrancadas a estas alturas de Tour hacen mucho daño. Es verdad que el grupo de Guillaume se me ha ido un poco, porque en la bajada no los he cogido, pero sí a pie del último puerto con la ayuda de Amador y Stuyven.

Me han dicho y he visto que Pinot, Mathieu y Jorgenson estaban por delante y que Guillaume Martin trabajaba para atraparlos, le he echado una mano y con las fuerzas de los dos lo hemos conseguido. Entonces nos hemos empezado a mirar y he intentado pegar ahí el ataque, con la intención de ver si me quedaba solo y llegaba a meta.

«Al principio me costó, en casa me faltaba ese punto de ritmo, pero en los últimos días me estaba encontrando muy bien»

Hablamos después del inicio en Bilbo, que no se sintió bien, y en el Puy de Dôme, que comentaba que estaba mejor...

Sí, al principio me costó, en casa me faltaba ese punto de ritmo y también es verdad que la de Bilbo fue una etapa muy explosiva con Pike Bidea, que no se adapta a mis características. En la de Donostia pinché antes de Jaizkibel y perdí todas mis opciones. Pero en los últimos días me estaba encontrando muy bien.

El domingo en la del Puy de Dôme me desperté con muy buenas piernas, con ganas de coger la escapada y me quedé un poco triste y frustrado porque salí a la mitad de los contraataques y la escapada se formó en el primero en la salida. En el Macizo Central en los primeros cortes estuve atento, pero se vio cómo de dura fue la salida, Bardet y Gaudu se quedaron cortados, y no pude recuperar los primeros esfuerzos y al final me quedé sin opciones para meterme en la escapada. Me faltaba coger la buena y que luchara la victoria de etapa. Ha sido el primer día que la he cogido y mejor no ha podido terminar.

Lejos de relajarse por ganar Cofidis una etapa en el Tour quince años después, ha dado más confianza para buscar otra y no ha querido esperar a la de Morzine...

Hablamos después del primer día de descanso con Bingen Fernández y Gorka Gerrikagoitia que teníamos que pelear cada etapa, no puedes poner X en unas y en otras no, porque no sabes cuando puede ser el mejor día y de aquí en adelante también vamos a seguir en esta dinámica. El equipo está motivado y ¿por qué no estar en la pelea por otra etapa?

Para nosotros, un equipo francés, tras no ganar en quince años, hacerlo en la segunda etapa con Lafay nos quitó un peso, pero no nos ha sacado de carrera. Todo lo contrario. Nos ha dado mucha moral a todos, staff y corredores, y esta segunda victoria nos va a dar tanta moral como la anterior para seguir peleando con ganas.

La victoria tiene similitudes con la que logró en Morzine en 2016, que también se la jugó en la bajada con Pantano y Nibali...

Sí, los puertos son diferentes, muy duros los de Morzine, éstos no lo han sido tanto. Pero aquella etapa de Morzine fue muy exigente, con muchos altibajos y los últimos tres puertos tenían dureza. En 2016 fue un día lluvioso, era una bajada muy técnica y me salió bien aquel día.

Esta vez del último alto a la meta había muchos kilómetros, pero me he encontrado muy bien y, por suerte, hemos conseguido otra victoria. En la primera parte un poco sí he arriesgado, no quería que los de detrás tuvieran la referencia visual, porque eso les ayuda mucho. Siempre te motiva cuando vas por detrás. Por eso he preferido arriesgar un poco al principio, que era muy técnico. He tenido un par de sustos, pero luego se podía llevar bien el resto de la bajada porque la carretera era bastante ancha.

«No es lo mismo ganar como Pello, pero he tenido la opción de disfrutar del último kilómetro y de pensar cómo celebrarlo»

¿Qué se siente cuando se tiene un minuto de ventaja para disfrutar de la victoria el último kilómetro?

No es lo mismo ganar como Pello, en el sprint, que es más emocionante o como yo, pero he tenido la opción de disfrutar del último kilómetro y de pensar cómo celebrar la victoria.

Hay siete vascos en carrera y es muy difícil ganar dos etapas en tres días de ese nivel. Está la afición encantada...

Eso espero, que nuestras victorias valgan y que a nuestro futuro, a los jóvenes, los animemos a practicar nuestro deporte. Sabemos el nivel que tenemos y si vale también que el Tour empiece en Euskal Herria para que salgan nuestros ciclistas del futuro pues será bienvenido.

¿Aunque sintiera pena por no entrar en la fuga, también felicidad por la victoria de Pello Bilbao?

Está claro, que alguien de casa gane una etapa como la ganó y además dando un salto en la general es agradable verle ahí arriba. Con la celebración especial dedicándole la victoria a Gino Mäder, fue muy emotivo.

¿Qué supone volver este sábado a Morzine con un final idéntico al de la victoria del Tour de 2016?

Me trae muy buenos recuerdos. Estaba con Nibali y Pantano, que hizo un Tour muy bueno aquel año, y después de coronar Joux Plane los tres, decidí darlo todo para abajo. Fue mi victoria más grande, la que más eco tiene, pero personalmente y sentimentalmente es algo especial ganar en la Itzulia la general o las victorias de etapa.

Con este debate de suprimir los finales en bajada, siendo uno de los que mejor baja, ¿está a favor de mantenerlos?

Así como hay finales en subida puede haberlos en bajada. Yo no veo ningún problema en eso.

¿Cómo ve la otra carrera, la pelea entre Vingegaard y Pogacar por la victoria?

Creo que todos estamos viendo que los dos están por encima de los demás. El martes mismo me quedé sorprendido de que en esos cortes se estaban metiendo los dos y se ve que están muy por encima. Todavía queda mucha carrera y es bonito que haya una pelea así entre dos grandes estrellas. Veremos cómo se decide el Tour.