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Incidentes lesbofóbicos y misóginos durante el estreno de ‘Sangre en los labios’ en el BIFFF

La proyección de ‘Sangre en los labios’ en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas (BIFFF) se vio interrumpida cuando un grupo de espectadores lanzó insultos lesbofóbicos y misóginos durante la proyección. El colectivo LGTBIQ+ también denunció agresiones físicas.

Fotograma de ‘Sangre en los labios’. (NAIZ)

El estreno de ‘Sangre en los labios’ en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas (BIFFF) el pasado sábado 13 de abril fue alterado por un lamentable episodio de violencia homofóbica y misoginia.

La película, dirigida por Rose Glass y protagonizada por Kristen Stewart y Katy O'Brian, despertó una gran expectación, especialmente dentro de la comunidad LGTBI, que se convirtió en objetivo de ataques durante la proyección.

Según informó ‘Variety’, lo que comenzaron como comentarios ofensivos rápidamente escaló hacia una situación de agresiones físicas.

Desde el inicio de la proyección, varias asistentes relataron cómo la atmósfera se enrareció con insultos lesbófobos y misóginos por parte de una fracción de la audiencia.

La tensión fue en aumento hasta que estalló en cuanto el filme revelaba el desarrollo de la relación entre las protagonistas, generando abucheos y burlas. Incluso hubo aplausos durante una escena en la que una de sus protagonistas es obligada a tener sexo contra su voluntad.

«Es evidente la distinción entre un chiste y un insulto lesbófobo. Cuando el público aplaude en lo que debería ser una escena de violación, cuando se burlan y abuchean a las actrices en pantalla, se cruza una línea que no debería cruzarse», lamentó una de las asistentes.

Respuesta tibia del BIFFF

Las quejas y peticiones de respeto fueron recibidas con más abucheos e insultos, obligando a muchas mujeres a abandonar la sala entre lágrimas, tras sufrir incluso agresiones físicas.

Tras 20 minutos de proyección, un grupo de hombres comenzó a aplaudir, abuchear o a burlarse de las escenas del filme, causando enfado en el resto de los asistentes.

El tenso ambiente llevó a que más de 60 personas abandonaran la sala como acto de protesta, ante la inacción de los organizadores del evento.

Una de ellas, Elina Fischer, señaló que «temíamos por nuestras vidas, porque el tipo de personas que dicen esas cosas durante la proyección de una película son el tipo de personas que nos agreden. Entonces nos asustamos y tuvimos que salir».

A pesar de la solicitud de interrumpir el festival, la organización optó por continuar con el evento, lo que llevó a trasladar la manifestación al exterior. Jonathan Lenaerts, responsable de prensa del BIFFF, lamentó profundamente lo ocurrido y aseguró que tomarán medidas drásticas cuando afirmó que «si alguien hace comentarios inapropiados, será expulsado de inmediato».

Sin embargo, el certamen emitió un comunicado posterior sin hacer referencia a la naturaleza misógina y lesbófoba de los ataques, lo que generó más incomodidad entre las víctimas y la comunidad LGTBIQ+, que expresó su disconformidad a través de las redes sociales.