El «rinascimento» italiano defiende título sin mucho convencimiento propio
Tras su sonora ausencia en el Mundial de Qatar, Italia regresa al panorama internacional en la Eurocopa de Alemania, con la circunstancia añadida de defender título, aunque sin mucha convicción propia de que pueda reeditarlo.
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Desde luego, se le echaba de menos. Por tradición e historia, pero también porque últimamente se había inscrito a un fútbol preciosista, poco acorde a su trayectoria de corte defensivo y contragolpe.
Hablamos de una Italia que regresa en Alemania a la élite balompédica continental defendiendo un título que logró hace cuatro años con la profunda transformación de su estilo que, sin embargo, no gozó de continuidad al no clasificarse para el Mundial de Qatar.
Se trató de la segunda ausencia consecutiva en una cita mundialista, lo que generó un auténtico terremoto deportivo en el estado transalpino, que buscará reponerse en tierras germanas, aunque partiendo desde un perfil bajo.
Y es que ni sus propios tiffosi confían demasiado en las posibilidades de una Azzurri que, todo sea dicho, casi nunca parte entre las favoritas, pero suele acabar dando la campanada, tal y como ocurrió hace cuatro años en Wembley ante la anfitriona Inglaterra en una agónica tanda de penaltis.
En esta ocasión, tampoco entra en las quinielas y la sensación que rodea al equipo no es especialmente optimista, con relevo en el banquillo incluido y ambiente enrarecido con algunos jugadores que han quedado fuera de la lista.
Immobile, el damnificado
El más significativo de todos ellos, el de Ciro Immobile, capitán de la Lazio, quien denunció agresiones verbales y físicas de los ultras de su equipo hacia él y su familia a la entrada del colegio de su hijo de cuatro años en marzo pasado.
El delantero napolitano, que fue Bota de Oro en 2020 y ha superado el medio centenar de internacionalidades, no sumará más a su curriculum en esta Eurocopa de Alemania.
Otros nombres propios que no han sido convocados son los del director de orquesta de la Juventus Manuel Locatelli, el extremo del Nápoles Matteo Politano, que ha pagado la mala campaña de su equipo, o el veterano centrocampista Giacomo Bonaventura, al que ni siquiera su gran curso en la Fiorentina le ha permitido estar entre los elegidos.
Luciano Spalletti, que reemplazó en el cargo en agosto pasado al dimitido Roberto Mancini, ha apostado por savia nueva, con algunas sorpresas, especialmente en la medular, como Nicolò Fagioli y Michael Folorunsho, además del defensa Riccardo Calafiori.

El técnico toscano sustenta su propuesta en la presión y recuperación rápida del balón, además del control de este y orden en el campo, sin atarse a un dibujo táctico concreto, que puede variar en función del objetivo que se persiga.
En ese esquema, la movilidad de los carrileros es una de sus señas de identidad, pudiendo manejarse con tres centrales o defensa de cuatro, e incluso alineando un trío de delanteros o un solo atacante flanqueado por dos medias puntas.
Ni siquiera las dudas que a veces deja en sus actuaciones parece que apartarán de la titularidad a un Gianluigi Donnarumma que goza de la plena confianza de Spaletti, pese al gran momento de forma del guardameta del Tottenham, Guglielmo Vicario.
Con la ausencia del lesionado Francesco Acerbi, los dos Alessandros, Bastoni y Buongiorno, junto a Matteo Darmian, conforman el esqueleto de la línea defensa italiana.
Jorginho ejerciendo de ancla y Nicolò Barella como maestro de ceremonias conformarán la sala de máquinas transalpina, a la que en las alas se unirán Giovanni di Lorenzo y Federico Dimarco.
Rivales complicados
El talentoso Federico Chiesa, uno de los jugadores que más destacó en la pasada edición de la Eurocopa, está llamado a dirigir el ataque, secundado por Lorenzo Pellegrini y un Gianluca Scamacca, reciente ganador de la Europa League, destinado a ser el ejecutor del bloque.
No lo tendrá fácil Italia para pasar a la siguiente ronda, encuadrado en un grupo en el que sí que contará a su favor el disponer de un debut con la, a priori, cenicienta Albania (este sábado, 21.00), muchas de cuyas piezas juegan en el Calcio y que ya vendió cara su piel en la edición de 2016, siendo eliminada solo por la diferencia de goles.
Después les tocará lidiar a los pupilos de Spalletti con dos huesos duros de roer, como son España y Croacia –ambos se miden este sábado a partir de las 18.00–, con los que seguramente se jugará la clasificación a cara de perro en sendos intensos duelos.
De lo que ahí ocurra dependerá si volvemos a disfrutar de ese conjunto tetracampeón mundial y dos veces ganador del torneo de selecciones europeo o hay que esperar a mejor ocasión, siempre y cuando la impaciencia de los tiffosi así se lo permita.