Van den Broek y DSM ofrecen a Romain Bardet una despedida de ensueño
Los dos compañeros de equipo se han presentado por delante de un pelotón que les pisaba los talones en la primera línea de meta de un Tour que ha comenzado muy fuerte.
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Sin el poderío de otros equipos ni el brillo de otras estrellas, la combatividad y el trabajo de equipo son las señas de identidad de un DSM que ha podido ofrecerle a su líder, Romain Bardet, la mejor despedida posible en el que será su último Tour. Para ello, el veterano ciclista francés, que ha saltado a unos 50 kilómetros de meta, ha tenido la fenomenal y efectiva ayuda de su compañero Frank Van den Broek, el más fuerte de la fuga del día –en la que se ha colado Ion Izagirre– para culminar con éxito la persecución de un pelotón que no ha estado fino en sus cálculos y ha llegado a cinco segundos de los dos fugados, que han tenido tiempo, poco, para celebrar una etapa de película en Rimini, ciudad natal del legendario cineasta italiano Federico Fellini, ganador de 4 Oscars.
En el año de su retirada, en su último Tour, Bardet (Brioud, 33 años), quien tiene dos podios en el Tour de Francia, nunca había vestido el maillot amarillo. Y a la primera oportunidad de su último baile, ha llegado el sueño de su vida. Junto a su compañero, después de una escapada heroica, ha atravesado la meta con un tiempo de 5h.07.20.
Bonito final para Bardet, emocionado en meta. Ha cumplido un sueño muy antiguo. Ningún francés había vestido de amarillo desde Julian Alaphilippe en 2021.
«Es impresionante, un sueño, algo fabuloso. Además he ganado junto al compañero Van der Broeck. No tengo palabras, es algo que llevaba persiguiendo desde que empecé en el ciclismo», ha declarado Bardet nada más llegar a meta.
El comienzo de la ronda francesa, con la calima y los 37 grados, ha superado en dureza a la del año pasado en Bilbo y, entre las primeras conclusiones que se pueden sacar de cara a la clasificación final, tanto Jonas Vingegaard como el Visma como bloque, se han mostrado fuertes y han controlado la carrera durante muchos kilómetros, acallando, por el momento, las dudas surgidas en torno suyo.
Entre los vascos, Alex Aranburu ha sido sexto, cuarto en el sprint del pelotón que ha entrado a cinco segundos, con Pello Bilbao noveno.
Una clásica
Para empezar el Tour ha tenido una jornada «clásica» con 7 cotas apta para aventureros y pruebas para testar la forma de los favoritos. La primera etapa ha unido la monumental Florencia con Rimini, en la costa adriática de Emilia Romaña. Jornada explosiva para el inicio del pequeño «Giro de Francia», con un total de 3.800 metros de desnivel acumulado.
La carrera ha tenido un arranque de nervios y ataques hasta que se ha formado la fuga definitiva con 9 hombres, donde ha estado atento Ion Izagirre, a pesar de que el vasco está compitiendo con una costilla roto desde su caída en la Vuelta a Suiza.
El de Ormaiztegi ha coronado en cabeza el primer puerto de la presente edición, el Valico Tre Faggi (2a, 12,5 km al 5,4), así como el segundo, la Cota de Forche (3a), por lo que se convertía en virtual primer líder de la montaña, uno de sus objetivos en la presente edición.
La idea que tenía Izagirre de enfundarse el maillot de puntos rojos se ha esfumado por una caída en el descenso que lo ha eliminado de la aventura. Han quedado al frente Madouas, Gibbons, Bardet, Van der Broek y el noruego Abrahamsen, quien ha desplazado a Izagirre y se ha puesto líder de la montaña coronando los altos de Carnaio y Barbotto.
El pelotón principal rodaba con el Visma de Vingegaard al frente, lanzando una señal de que el doble ganador del Tour ha llegado en forma, o tal vez protegiendo una realidad contraria.
A 50 de meta se han quedado al frente Bardet y Van der Broeck, ambos del DSM.
Por detrás, ningún equipo se ha tomado en serio la persecución de los fugados, hasta que Lidl Trek, que viendo cada vez más cerca al duo de cabeza ha tensado el ritmo para provocar el esprint que permitiera a Pedersen ponerse el primer maillot amarillo.
A 4,5 kilómetros la renta del dúo del DSM era de medio minuto, pero en un final de infarto, Bardet y Van den Broek han culminado su gesta.