La judoca Ariane Toro, visiblemente dolida por «desaprovechar la oportunidad»
Ariane Toro no ha podido pasar de la primera ronda en su debut en los Juegos Olímpicos. La navarra ha perdido ante la mongola Sosorbaram Lkhagvasuren por ippon. Se ha mostrado visiblemente dolida con la derrota.
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Ariane Toro Soler, una de las esperanzas medallistas entre los deportistas vascos, ha perdido este domingo en la primera ronda de los Juegos Olímpicos de París de la categoría de -52 kilos al caer ante la mongola Sosorbaram Lkhagvasuren por ippon.
Termina así la experiencia olímpica de esta joven navarra, hija de los deportistas olímpicos José Toro y Yolanda Soler –esta última, bronce en Atlanta 1996–, que aspiraba a subirse al podio tras lograr el billete a sus primeros JJOO desde el puesto 12º del ranking mundial y con el triunfo en el Grand Slam de Tbilisi y los bronces en el Europeo y en los Grand Slam de Bakú y París.
A Toro, después de completar una buenísima temporada, hoy le ha tocado vivir la cara amarga del deporte y no pudo ocultar su frustración: «Tengo aquí a toda mi familia, también verles a ellos tristes, duele aún más». «Tenemos que pasar ese duelo de la tristeza, hemos desaprovechado la oportunidad», ha subrayado.
Toro, que atendió a la prensa después del combate, se mostró visiblemente emocionada y dolida, tratando de digerir una derrota que no le satisface a pesar de haber debutado en unos Juegos Olímpicos con tan solo 21 años. Fue en esa edad cuando su madre debutó en una cita olímpica, en Barcelona 1992, pero Ariane Toro considera que «lo hizo un poquito mejor, porque quedó séptima. Y ya luego en Atlanta, llegó muy preparada y consiguió ese bronce a los 25 años».
«Soy joven pero pensamos que tenemos nivel, hemos estado trabajando, hemos estado midiendonos de tú a tú contra las mejores rivales y creemos que tenemos más nivel que lo demostrado hoy», fue tajante la navarra que admite que está con ganas de «ir a casa a seguir entrenando».