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Sean Baker: «Es importante mostrar a las personas que trabajan en la economía sumergida»

El director de cine Sean Baker ha compartido sus inquietudes y su dinámica de trabajo ante el público mayoritariamente joven que ha llenado la sala Z de Tabakalera, en el marco de la sección Conversaciones.

Imagen de archivo de Sean Baker. (ZINEMALDIA)

Los seguidores de Sean Baker (New Jersey, 1971), algunos de ellos han estado este sábado en una sala de cine abarrotada en Tabakalera, conocen su estilo inconfundible a la hora de hacer cine. Esta mañana han escuchado en boca del propio director sus motivaciones, sus objetivos y su manera de trabajar en un rodaje.

Se ha referido a la Palma de Oro ganada en Cannes con su más reciente producción, ‘Anora’. En ella relata la historia de una striper que se casa con el heredero de un oligarca ruso. «Para mí es como si hubiese sido ayer. Fue un sueño convertido en realidad. Fue impresionante y gracioso, no me lo esperaba. Me acuerdo que subí al escenario, me entregó el premio Georges Lucas y después, fundido en negro, no me acuerdo de nada», ha contado entre risas Baker. «Fue una noche increíble que todavía sigo procesando», ha señalado.

«Ha ocurrido en este momento de mi carrera en el que puedo hacer nuevos filmes. El premio te da seguridad. Es difícil si no, en EEUU sí, desde luego. No me dedico a abrir puertas de CEOs y no tengo intención de cambiar».

Economía sumergida

Ha hablado sobre la elección de los personajes. «Creo que es importante mostrar las personas que trabajan en la economía sumergida. No tienen acceso al sueño americano, no tienen ese privilegio. Vivimos en una sociedad capitalista en la que la gente quiere participar y salir adelante y muchas veces no se les permite. Luchan por sobrevivir. Me centro tanto en los ganadores como en los perdedores, ya que Hollywood se ha olvidado de ellos. Por eso lo hago yo», ha explicado.

Ante la pregunta de por qué se ha decantado por los trabajadores sexuales, ha contado que «son historias que me interesan. Quiero conocer más de estas culturas subrepresentadas que no se suelen mostrar en la pantalla. Para mí, Hollywood es el ejemplo arquetípico de ello».

Sobre las localizaciones, ha constatado la importancia que cobra en su filmografía: «No sé si primero fue el huevo o la gallina. Es una combinación. Elijo escenarios con una subcultura subyacente. Nunca se sabe si soy yo quien lo elige o el lugar se impone a mí. En Florida muchos homeless viven en moteles. Coney Island es una zona muy dinámica, a donde llegaba la comunidad rusa. Tiene mucha vida. Ambos son muy cinematográficos. Hay mucho que explorar en cada lugar, me encanta. Mis películas de Los Ángeles son diferentes de las de Nueva York. No soy de Texas ni de Florida, me gusta tener la firma del lugar, tomar pulso a los locales como outsider. Intento ver cosas a través de los ojos de los que viven allí. Cada vez que ruedo en algún lugar, quiero que mi mujer y yo nos mudemos allí», ha confesado con una sonrisa.

En la conversación también se ha puesto sobre la mesa el trabajo con actores. «El casting es muy importante, lo es para todos los realizadores. Puede romperte una película o hacer que sea maravillosa. Yo quiero el control. Mantengo los ojos muy abiertos para ver el potencial. Pueden ser profesionales o realizo los castings en la calle y por Instagram. ’¿Quiero ver a esa persona en la gran pantalla?’», es la pregunta que me hago.

Ha dicho que la única película en el que primero vino el casting fue ‘Tangerine’: «Lo hice y luego me pregunté cómo podía ser la película. Las escuché y me inspiré para el guion. El resto de las películas fueron escritas primero y luego realicé el casting. La forma de hacerlo va variando en cada proyecto».

Subvertir las expectativas del público

Para Baker, es «importante subvertir las expectativas del público. Lo mejor es cuando sorprendes y rompes clichés. A veces lo hago con los personajes buenos y otras con los malos. En mis trabajos, normalmente hacia la mitad el personaje revela algo nuevo. Hay una sorpresa, un cambio radical. Me gusta, se reevalúa el personaje. Tienes una idea y la rompes. Se trata de romper estereotipos, de despistar a la audiencia. Lo cierto es que el público conecta con personajes que nunca imaginarías. Son tan diferentes con respecto a ellos que en parte se ven en los personajes, se identifican. Es muy importante para mí».

Considera que la política, si es que la tiene, debe tener presencia en el cine «de manera abierta, con matices». «Invito al público a jugar con su propia política. No era consciente de ello hasta ‘Florida Project’», ha explicado el director.

Sí aparece el sexo en sus filmes. «Me interesa el sexo [sonrisa], pero mis películas son sobre una profesión, la de los trabajadores sexuales. Quizás te excites pero no es el objetivo. Es mostar objetivamente el sexo a través de la vida de alguien con una profesión sexual. Todo nació en ‘Starlet’. Tuve que conocer a trabajadores, sus vidas son como las de los demás, tienen los mismos sueños y objetivos, dificultades.

«Soy cinéfilo, me encanta ver películas. Tengo influencias y aparecen siempre. Quizás hay guiños», ha reconocido al comentar sus referencias cinematográficas, entre los que se encuentra el vasco Eloy de la Iglesia.