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Entrevue
Nerea García
Jugadora internacional de rugby

«Jugar contra Nueva Zelanda es un sueño, todo lo que había imaginado va a pasar»

La gernikarra Nerea García será una de las jugadoras vascas que competirá en el Mundial de rugby que comienza este viernes en Inglaterra. Las anfitrionas son, junto a la vigente campeona Nueva Zelanda, las principales favoritas al título. 

Nerea García, durante un partido internacional. (FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE RUGBY)

La anfitriona Inglaterra y Estados Unidos abren esta tarde-noche (20.30, hora de Euskal Herria) la décima edición de la Copa del Mundo de rugby en su versión femenina.

Será la primera vez con 16 equipos en liza, divididos en cuatro grupos de cuatro. Los dos primeros de cada grupo pasarán a la fase de eliminatorias, comenzando por los cuartos. La gran final se disputará el sábado 27 de septiembre en La Catedral de Twickenham.

Salvo la primera edición, Gales’91, en la que se impuso Estados Unidos, todos los títulos se los reparten entre la vigente campeona Nueva Zelanda (6) e Inglaterra (2), que lidera el ranking mundial. Como alternativas se postulan Canadá, plata en 2014 y actualmente segunda del ranking, y Francia, que suma siete bronces pero nunca ha disputado una final.   

La selección española regresa a una cita mundialista tras no clasificarse para la de 2022 –se disputó con un año de retraso debido a la pandemia– y entre las numerosas debutantes está Nerea García (Gernika, 1996), que juega de flanker y que tras iniciarse en el club ‘basurde’ pasó a Eibar y de ahí a El Salvador de Valladolid, equipo con el que ha ganado la liga, la primera en el palmarés blanquinegro.

¿Como empezó en esto del rugby?

Yo tenía 19 o 20 años y jugaba a baloncesto, pero era el típico verano que no tienes nada que hacer hasta que no empieza la pretemporada, y a mi me gusta mantenerme activa. Había una que jugaba a rugby en el Gernika y llevaba un par de años dándome la ‘chapa’, que tenía que probar, que se me daría muy bien…

Le hice caso y fui ese verano por hacer algo de deporte y mantenerme activa, pero me enganché, y eso que en mi primer amistoso me rompí el peroné, un desastre. Me pase casi todo el año lesionada, entre la escayola y la rehabilitación. Pero me lo había pasado pipa, me encantó, y volví para los últimos partidos de liga. Así es como empecé.  

El baloncesto y el rugby son dos deportes muy diferentes…

Nada que ver. En baloncesto todo contacto es falta, y en rugby todo es contacto.

De Gernika dio el salto a Eibar…

No sé tomarme las cosas a medias, me lo tomo todo súper en serio, soy así y mi nivel de compromiso siempre es alto. Me llamó la entrenadora del Eibar, Cristina Gundín, diciéndome que tenían un proyecto chulo para ascender hasta División de Honor. Entonces estaban en Liga Vasca, igual que el Gernika, yo había jugado contra el Eibar antes de irme allí.

Y Gernika se me quedaba un poco corto, porque la gente iba por el rugby social, por hacer algo de deporte, pero yo siempre tenía ganas de aprender más, quería ir un poco más lejos. Y me dije ¿por qué no? Me tiré un poco a la piscina y salió bien.

¿Y cómo se desplazaba? Porque hay una tirada y no es todo autopista…

Cogía el coche tres días a la semana, además de los partidos. No hay conexiones de tren o autobús que sean viables, sobre todo para volver de entrenar.



El plan se cumplió, se logró el ascenso hasta lo más alto, pero tras unos años arriba llegó el descenso a División de Honor B. Y entonces recibió una llamada de El Salvador…

Mike (Michael Walker-Fitton, técnico de El Salvador) tenía interés en mi desde antes, pero los equipos tienen un capital limitado para traer gente. El año pasado me dijo otra vez si quería ir. Ellos tienen más recursos, mejor staff, mejor proyecto, y justo el Eibar descendió, así que decidí irme. Iba a tener mejor calidad de entrenamientos, de cara a intentar jugar este Mundial. Estaba estudiando online, y tenía gimnasio por la mañana y por la tarde, sesiones de vídeo, unidades, entrenamiento de campo…

Toda esta trayectoria en clubes le abrió la puerta a la selección española, con la que debutó en 2023. ¿Cómo está siendo su experiencia internacional?

Está siendo chulísima. La primera vez que vine fue porque hubo una baja de una tercera línea que se había lesionado, Ana Peralta, que ahora mismo también está aquí. Me llamó el entrenador y le dije que sí, que iba. Jugamos contra Estados Unidos y Sudáfrica. Y desde entonces me siguieron llamando, se estableció un proyecto con becas para las jugadoras y me he mantenido. Estoy muy contenta.

Debutan en el Mundial este domingo en York, nada más y nada menos que ante Nueva Zelanda, las Black Ferns…

Probablemente el reto más grande que voy a vivir rugbísticamente en toda mi vida. Es un sueño, es increíble, todo lo que has visto por la tele, todo lo que has imaginado, va a pasar.

En lo deportivo será muy complicado… En el reciente amistoso frente a Inglaterra, otra de las favoritas, el resultado fue bastante duro (97-7).

Sí, exacto. Ante Inglaterra el resultado fue duro. Cualquier pequeño error es un ensayo, es un equipo totalmente profesional, llevan trabajando juntas muchos años. Nuestro equipo es totalmente nuevo, es el debut en un Mundial para prácticamente la mayoría. 



Luego toca Irlanda, otro equipo del Seis Naciones pero no tan potente…

Han dado un gran salto. Jugamos en Dubai contra ellas y fue un resultado ajustado –ganaron las del trébol 15-13 en octubre de 2023–, y de ahí han pasado a ganar el año pasado a las Black Ferns. Creo que va a ser un partido bonito.

El objetivo principal es ganar el último partido frente a Japón. Ellas son la 11ª selección del ranking y España la 13ª. Venís de jugar dos amistosos, y ganaron en ambos…

Veo factible ganar contra ellas. Tenemos que ajustar algunas cosas y minimizar los errores, pero no es algo que esté fuera de nuestro alcance, para nada.

¿A nivel global, cómo ve el torneo? Inglaterra y Nueva Zelanda apuntan arriba, con permiso de Canadá y Francia.

No sabría decir, las que tú has nombrado estarán peleando por el podio, pero por ejemplo las chicas de Sudáfrica en los últimos años están subiendo como la espuma.