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Entrevue
Arene Altonaga
Capitana del Eibar

«Estamos sembrando desde el principio y ahora empezamos también a recoger»

Afronta su octavo curso en el Eibar, donde ha vivido dos ascensos y un descenso. Es la capitana por veteranía, pero también por los méritos que han convertido a Arene Altonaga (Sondika, 1993) en un referente en el campo y en el vestuario.

Arene Altonaga, en Ipurua. (Jon URBE | FOKU)

Eibar y Real disputarán este domingo en Ipurua el primer derbi de la temporada. Arene Altonaga volverá a colocarse el brazalete de capitana para afrontar un partido que se va convirtiendo en hábito. Aunque será una Arene diferente. Más madura y sobre todo con más responsabilidad: en el campo por la marcha de otros referentes del vestuario y en casa por el nacimiento de su hija, que pronto cumplirá un año. La conciliación es complicada para una madre trabajadora. «Llega el fin de semana y arrastras todo el cansancio de la semana –sonríe–. Pero no lo cambiaría por nada del mundo».

Y además ya son 32 velitas, aunque cada temporada se le ve mejor.

Se nota a la hora de recuperar, el cuerpo te pasa factura, lesiones que has tenido... Pero es verdad que cada año me encuentro mejor, no sé si es la madurez o la experiencia, que te dan otra tranquilidad que con veinte años no tienes. Y físicamente, me encuentro bien jugando, aunque no es lo mismo hacer tus rutinas de recuperación por las tardes sin más obligaciones, que ahora.

En el campo no desmerece de sus compañeras más jóvenes.

Quizá es por el tipo de vida que he llevado. Estoy acostumbrada a la tralla; cuando otra gente igual se dedicaba solo a jugar a fútbol, yo me tenía que sacar las castañas y jugaba y trabajaba, así que, bueno, estoy acostumbrada.

Al tiempo que ha ido cumpliendo años, ha ido creciendo la exigencia de la Liga.

Sin duda. Sobre todo del año que bajamos al que volvimos a subir se notó mucha diferencia. Pero también en nosotras mismas. No digo ser profesionales porque eso es solo poner un nombre, pero cambiar los entrenamientos de la tarde a la mañana te da mucho porque trabajas de otra manera y más aspectos. Te levantas fresca para entrenar, vienes y prácticamente todos los días puedes hacer vídeo, gimnasio y campo... Todo eso te hace estar en mejores condiciones para rendir y competir.

Son ocho años ya aquí.

Me vienen muchos recuerdos y también me hace estar orgullosa de todo lo que hemos vivido, de lo que he contribuido también yo a que el Eibar sea el equipo que es. Ojalá pueda seguir muchos años así, aunque es muy complicado. Igual que los chicos han estado en Primera y ahora están en Segunda y les está costando, para nosotras también es una realidad muy difícil. Hay que valorarlo y no normalizarlo.

Ha vivido dos ascensos y un descenso. ¿Qué aprendieron de esa mala experiencia para intentar que no se repita?

Yo creo que el club lo aprovechó muy bien para hacer un cambio y crear un proyecto nuevo, con Yerai, con mucha gente que venía de Segunda, crear un estilo de juego para que esas jugadoras empezaran a adaptarse a trabajar de verdad... Tuvimos la suerte de subir a la primera y poder darle continuidad después.

Y como jugadora, aprendes de la experiencia. Si una temporada ves cosas que se puedan parecer, ya sabes a qué dar importancia, cómo enfocar los partidos, cuándo tienes que apretar más para no llegar a situaciones de las que luego es muy difícil salir...

Esta temporada han estado en descenso, un mal trago que no tuvieron que pasar en la anterior.

En las dos-tres primeras jornadas puede pasar, pero no es real. Ahora ya la clasificación empieza a ser cada vez más real. Sabíamos que necesitábamos una transición, no podemos olvidar que tenemos gente muy muy joven, que viene de Segunda y que hace falta jugar y competir, así que hasta que no pasa un tiempo no se consigue. Estamos sembrando desde el principio y ahora empezamos también a recoger.

En este inicio un tanto complicado, el papel de las veteranas habrá multiplicado su importancia.

Intentas tranquilizar a la gente. Oye, que no pasa nada, que la semana que viene ganamos y damos un salto. También que sean conscientes de que se puede ganar o perder pero también puntuar, y esos puntitos te ayudan mucho, te dan tranquilidad, te permiten arriesgar en un momento dado... Competir, en definitiva.

Empiezan a llegar los puntos porque el equipo mejora. ¿En qué debe incidir sobre todo para seguir con la progresión?

Suelen ser cositas, detalles, por ejemplo aprovechar las ocasiones porque no somos un equipo que vaya a crear muchas. Y defensivamente no conceder tanto, no sufrir tanto, no tener esa sensación de que estás tan metida. A todo eso nos va a ayudar el rodaje porque el jugar con las mismas jugadoras te hace automatizar ciertas cosas, saber qué puedes esperar y qué debes hacer... Y yo creo que poco a poco estamos haciéndolo.

Este domingo les toca intentarlo contra la Real. ¿Qué espera?

Un partido muy complicado, como lo son todos contra la Real. Además, este año quizá es el que tienen una plantilla más potente y más completa. Y quizá por haberles ganado Euskal Herria Kopa, van a venir con ganas de revancha. Tiene gente de mucha calidad, que va a combinar, pero tampoco se va a olvidar de jugar en largo cuando lo necesite, y gente arriba que con muy poco puede hacernos gol. Pero estamos preparadas, sabemos a lo que juegan y también sabemos que somos muy competitivas y que si jugamos nuestras cartas, se lo vamos a poner muy difícil también.