23 AVR. 2015 Barandiaran, con la triki colgada al cuello «como si fuera un pendrive» El año pasado Korrontzi cumplía diez años de brega, pulido y singularidad. Korrontzi & BOS celebraba el evento con una grabación en directo en plena Aste Nagusia. «Symphonic Bilbon» unía dos estilos veteranos alejados por razones culturales: la trikitixa y el sonido de uns orquesta sinfónica. Superado con éxito el encuentro y plasmado en un doble álbum, cedé más deuvedé, llega la propuesta de acercar su música a los grupos de danza que lo deseen. Pablo CABEZA BILBO «¿Qué es la tradición? ¿Dónde está el límite entre lo tradicional y lo moderno? ¿Cuándo mi trikitixa suena a raíz o a contemporáneo? Son preguntas que llevo años haciéndome y aunque la respuesta no es nada fácil, una vez pensé que además de mantener la tradición también sería bueno crearla, que el legado era inmejorable, los cimientos fuertes, pero que además preservar lo que en otros tiempos atrás me enseñaron, debería aderezar aquellos viejos ritmos con nuevos sones». Y en esta especie de paradoja temporal, acaso bucle, se encuentra desde hace diez años Agus Barandiaran, trikitrilari que no se conforma con mimetizar el pasado, sino con envolverlo con cambios tan profundos como respetuosos, tan díscolos como académicos. Es el destino de los creadores frente al trabajo de los testigos precisos del pasado. Por esta razón comenzó su maridaje junto a los dantzaris de Oinkari Dantza Taldea, junto a Bilbao Orkestra Sinfonikoa, trabajo materializado en el doble disco “Korrontzi & BOS”, por eso desde el espacio rural de Maruri-Jatabe, donde nació en noviembre del 75, comenzó recopilando melodías con el espíritu de Rufino Arriola o Maurizia Aldeiturriaga, por eso el sobrenombre de Korrontzi se refiere a un baserritarra de Mungia que semanalmente acudía al pórtico de la iglesia con su burro, su vieja triki y su música, para endulzar las mañanas de los feligreses y poder así ganarse el pan con el dinero que le facilitaban sus melodías. «Fue un hombre que intentó sobrevivir con la música en el tiempo que le tocó vivir. Y puedo apuntar que se asemeja mucho a los momentos que corren para cualquier músico de Euskal Herria». No demasiado “holgados”, entonces. Aprender con Korrontzi De la mente inquieta de este sobrio e imaginativo músico, y con la ayuda de Oinkari Dantza Taldea, no menos innovadores, de Villabona, presentan una opción muy sugerente: que grupos de danza de toda Euskal Herria puedan aprender bailes contemporáneos con música de Korrontzi. La oferta hierve, ya que cualquiera que haya asistido a un concierto de Korrontzi disfruta estéticamente, embelesado, con la conjunción de música, baile y diseño de trajes. «Se quiere proponer a los grupos de danza tradicional – comenta Barandiaran– aprender las coreografías creadas con la música de Korrontzi, esas coreografías que Oinkari realiza con nosotros en los escenarios de medio mundo. Es un proyecto para enseñar bailes más contemporáneos y adaptados a la música de Korrontzi. Con esto se quiere conseguir que Korrontzi suene en los ensayos de los grupos de danza y que, a su vez, se muestre el trabajo realizado durante los meses de aprendizaje entre las partes. Este trabajo, finalmente, se llevará a los escenarios de sus pueblos una vez hayan aprendido las coreografías». En realidad, se está hablando de máster, que queda más elegante que clases. «Serían unas cuatro master-class dependiendo de nivel del grupo de danza. Se realizarían dónde el grupo de baile solicitase, seguramente, en su lugar de ensayo para que fuese más cómodo para ellos. Korrontzi acudiría también a esos ensayos para que pudiesen ensayar con la trikitixa y preparar un directo potente y trabajado. Se contaría con dos profesores de Oinkari». El proceso concluiría con la práctica frente al público: «Las coreografías que después se realizarían en directo junto con Korrontzi serían unas 8, 9... Eso dependería un poco del nivel de baile y aprendizaje del grupo de danzas en cuestión. Esto no es estático, se podría modificar dependiendo del grupo de danza», concluye Agus Barandiaran. .Korrontzi y la BOS Dada la naturaleza inquieta de Barandiaran, no extraña que también haya aceptado el reto de comprometer su música y banda, a petición del Ayuntamiento de la capital Bizkaina, al poderío teórico de una orquesta sinfónica, en este caso Bilbao Orkestra Sinfonikoa. «’Symphonic Bilbon’ [cedé más DVD, Baga-Biga] es el resultado de la invitación que el Ayuntamiento de Bilbao realiza a Korrontzi por su décimo aniversario. Es cierto, que queríamos plantear un concierto especial al cumplir diez años, pero fue el propio Ayuntamiento quién nos lanzó la idea de participar con la Orquesta Sinfónica. Al principio, fue un gran vértigo lo que sentimos al saber que íbamos a compartir escenario con ellos, pero luego, gracias en gran parte al director Xabier Zabala, resultó una experiencia increíble juntar el entorno tradicional con el mundo sinfónico. Xabier se encargó de los arreglos, convirtiéndose en el gran mentor de este proyecto». El álbum se grabó en directo, dificultad añadida, en Aste Nagusia, pero no supone el mayor reto de Korrontzi. «Todos los proyectos conllevan un gran esfuerzo, pero quizá, a día de hoy, el mayor reto es intentar vivir de la música. Es cierto que trabajar con la BOS fue muy especial y gratificante. El resultado fue un disco labrado y trabajado con la dificultad añadida que conllevó grabarlo en directo». A los primeros ensayos se acude con cierto «nerviosismo» y con la «expectativa» de saber si conseguiremos hacerlo bien, explica Barandiaran, «pero a medida que avanzas con el trabajo te das cuenta de que ambas partes aprenden la una de la otra. Cada uno de nosotros aportó sus puntos fuertes, es por ello, que el resultado final fue una suma de complicidad y buen hacer». Inquieto, ambicioso, trabajador, atrevido... son calificativos que encajan en el perfil del músico de Maruri-Jatabe. «Definirme con un adjetivo me resulta complicado, quizá sea una mezcla de todos ellos. Me gusta y creo en lo que hago, ahí podría estar la base de mi experiencia como músico y de ahí la inquietud por innovar, por seguir mejorando, por transmitir a la gente una parte de nuestra historia musical». Llegar al virtuosismo de Barandiaran requiere continuidad, sentirla en la cabeza, en la sangre. ¿Vive con la triki colgada al cuello? «Se puede decir que sí», contesta, «como quien lleva un pendrive», y cabe imaginarlo. Kike Mora, Alberto Rodríguez, y Ander Hurtado de Saratxo, grandes músicos del área del jazz, han acompañado a Bariandaran por Cabo Verde, Marruecos, EEUU, Bélgica, Grecia, Italia, Rumanía, Chipre, Madeira, Brasil, Sicilia, Cerdeña...y el globo de agua y tierra sigue rodando. Para contactar, www.korrontzi.net. MOTRICIDAD Como en la mayoría de instrumentos, para tocarlos se necesitan dos manos, salvamos al harpa de boca. «Se requiere destreza y motricidad en las dos. Si, como comentas, tuviera que elegir la más importante, diría que la derecha para tocar esas melodías saltarinas y rápidas que tanto caracterizan a este instrumento». ZURDOS ¿Existen las trikitixas para zurdos? «A priori desconozco si existe para zurdos, más bien diría que no. Por otra parte, cada músico intenta amoldar sus trikitixas para conseguir el sonido que desean buscar y normalmente son los artesanos quienes ayudan a personalizar cada triki. En mi caso es Kepa Barraiazarra, de Gernika, quien tiene que ‘aguantar’ y ayudarme a conseguir aquellos sonidos que busco». DANTZARISLa idea surge en el Festival de Getxo 2008 grabando en directo el DVD del mismo nombre. «Es ahí cuando los hermanos Maya bailan con nosotros dos temas». A partir de ese momento, nace la idea de colaborar con Oinkari Dantza Taldea (2009)». Posteriormente (2010) se edita «Infernuko hauspoa» en el que colaboran con Oinkari y con quienes siguen.