Abby Wambach colgará las botas el próximo mes

«Nada me enorgullece más que vestir de rojo, blanco y azul», escribía Abby Wambach en Twitter el pasado 28 de octubre, el día que hizo pública su decisión de colgar las botas. Coincidió el anuncio con un día muy especial para la selección estadounidense, el recibimiento de Barack Obama a las campeonas del mundo en la Casa Blanca.

Wambach, la delantera por antonomasia, deja el fútbol. Lo hará el próximo 16 de diciembre, en el amistoso que enfrentará a su equipo con China en Nueva Orléans, 21 años después de dar sus primeras patadas al balón en el instituto Our Lady of Mercy, en su localidad natal de Rochester.

Siete años después, en 2001, tras su paso por la Liga universitaria con Florida, debutaba con la selección estadounidense en la Nike Cup frente a Alemania. Necesitó un año más para marcar su primer gol con el equipo nacional. Fue en un amistoso frente a Finlandia. Y ya no paró. Porque Wambach, luchadora inagotable por la igualdad de género y los derechos de los homosexuales, se retirará como la mayor goleadora internacional de la historia. 184 goles ha celebrado en sus 252 partidos con Estados Unidos, más de una veintena en Juegos Olímpicos y Mundiales.

Esa, posiblemente, sea su espinita. En Canadá alcanzó a Briggit Prinz con 14 tantos mundialistas, pero se quedó en puertas de alcanzar el récord, todavía en manos de la brasileña Marta. Al menos se sacó otra, conquistando su primer Mundial. Antes se había colgado una plata y dos bronces, además de los oros olímpicos de Londres y Atenas; logros que le valieron hacerse con el Balón de Oro en 2012.

Cifras, récords y títulos que, a sus 35 años, dejarán de acumularse el próximo mes. «Ha sido un viaje increíble y maravilloso pero no puedo esperar para saber qué me traerá la vida en esta próxima etapa», confiesa. «Es una jugadora que ha trascendido nuestro deporte. Su legado como una de las deportistas más grandes del mundo quedará para siempre», resume su entrenadora Jill Ellis.