El oso polar que va a salvar el Ártico

No ha debutado con muy bien pie el estudio de animación Splash Entertainment, que distribuye internacionalmente Lionsgate. Pese a la prudente inversión inicial de 18 millones de dólares, “Norm of the North” no ha logrado ser competitiva en la taquilla de los EEUU. Y no hay que echarle la culpa a la falta de medios técnicos, porque lo peor de la película es el guion escrito a ocho manos. Creo que han querido conformarse con imitar los gags visuales de la franquicia “Ice Age”, pero con una comicidad mucho más torpe, y sin un mínimo desarrollo argumental que sostenga las supuestas gracietas.

Es de agradecer el homenaje contenido en el título a “Nanouk of the North” (1922), documental pionero del naturalista Robert J. Flaherty sobre la vida de los esquimales. Sin embargo, no basta con lanzar un mensaje ecológico de manual a fuerza de tópicos para el público infantil en edad preescolar, porque la idea que se transmite del capitalismo es totalmente hipócrita y con intenciones paternalistas. Por ahora, afortunadamente, nadie va a hacer bloques de pisos ni cadenas hoteleras para turistas en el Ártico, con tal de ver de cerca al oso polar que habla y baila.