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El ISIS en el mundo


La creación de un califato con un tamaño similar a Inglaterra entre Siria e Irak ha generado una ola de adhesiones al Estado Islámico (ISIS) en el mundo arabo-musulmán. Grupos yihadistas locales le han jurado obediencia anunciando el surgimiento de provincias (wilayas) del califato en África y Asia. Mientras tanto, el ISIS incrementa su campaña de atentados, que también han llegado a Europa.

Los estrategas del ISIS hallan en Europa el talón de Aquiles de Occidente

Los atentados del 13-N en París y del 22-M en Bruselas, en el corazón de la UE, confirman que Europa es un objetivo primordial para el ISIS, tal y como reitera una y otra vez en su revista de internet Dabiq. Los estados francés y belga, con sus banlieues y barrios segregados como Mollenbeck y su pasado colonial, son los pasíses europeos que más yihadistas han enviado a Siria. Y muchos de ellos están de vuelta. Bregados en combate, expertos en explosivos, y con autonomía para elegir el momento y los objetivos, estos activistas, difícilmente neutralizables por su ansia de martirio, son la mejor herramienta del ISIS para forzar una crisis total en Occidente entre un electorado cada vez más islamófobo y una población musulmana atacada.

Turquía, de retaguardia a objetivo de los yihadistas

Tras casi dos años de contemporización –algunos llegan a denunciar complicidad– con el ISIS por parte de Turquía, Erdogan sigue primando su guerra total contra el pueblo kurdo pero parece haber virado en su posición ante los yihadistas, sin duda presionado por EEUU y por la realidad. El ISIS incluye ya al estratégico turismo entre sus objetivos en Turquía (hasta hace poco limitados a kurdos y opositores). Ankara ha comenzado a bombardear al ISIS en el norte de Siria.

Frente a los reveses internos, patada hacia el exterior

Fundado en junio de 2014, el califato del Estado Islámico (ISIS) no vive sus mejores tiempos. Ya el año pasado sufrió sus primeras derrotas a manos de los kurdos sirios del YPG (Kobane) y de las distintas fuerzas que les combaten en Irak (peshmergas, Ejército iraquí, grupos tribales suníes y milicias chiíes). Al punto de que tuvo que ceder Tikrit, cuna del desaparecido Saddam Hussein, y Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar, entre otros enclaves. La implicación rusa en la guerra siria en los últimos meses le ha propinado un revés simbólico y estratégico tras la entrada del Ejército sirio en Palmira, joya de un desierto cuya pérdida supone para el ISIS dejar expuestos desde el sur sus feudos de Deir Ezzor y Raqa. En paralelo, el Ejército iraquí ha dado inicio a una larga campaña militar que tiene como objetivo expulsar a los yihadistas de Mosul, su capital y segunda ciudad más grande de Irak. Todos estos reveses (ha perdido un 20-30% de territorio) han forzado al ISIS a ampliar su presencia más allá, con alianzas y atentados.

Los talibanes de AfPak emulan a ISIS para no ser absorbidos por ISIS

La irrupción del fenómeno ISIS, junto con las dinámicas propias, parecen haber coincidido para llevar a los movimientos talibanes afgano y paquistaní a una radicalización de sus discursos y acciones, acaso en un intento de conjurar deserciones hacia el califato que se han registrado en los últimos meses. La filtración de la muerte del mullah Omar, líder talibán afgano, y las luchas por su sucesión se han saldado con un cierre de filas que ha supuesto una huida hacia adelante militar y el rechazo al diálogo. En Pakistán, no fue el ISIS sino una escisión del Movimiento Talibán de Pakistán el que perpetró hace semanas el cruel atentado contra cristianos en un parque infantil.

Al Qaeda gana por la mano al ISIS en la Península Arábiga

Hasta el momento, el ISIS se ha «limitado» a atentados sangrientos contra la minoría chií en el este saudí y los hutíes en Sanaa (capital de Yemen). Al Qaeda sigue siendo la principal beneficiaria de la guerra yemení y tiene zonas liberadas en la capital del sur (Adén) y en la provincia oriental de Hadramut. Ryad asiste preocupada a la emergencia de un rival teológico-político, el ISIS, su propio espejo.

¿Hacia la provincia del sudeste asiático?

Los ataques reivindicados por el ISIS el 14 de enero en Jakarta, capital de Indonesia, han desvelado una pugna entre varios grupos yihadistas locales para ganarse el favor del califato, lo que augura nuevos atentados. El intento de secuestro en esas fechas del primer ministro malayo y la deriva del país, Malasia, en un estado policial que alimenta el odio a las minorías china, india y democrática, apuntan a que está más cerca el anuncio de una rama del ISIS en el sudeste asiático (Daulah Islamiah Nusantara).

Los ecos del ISIS llegan a las islas más remotas

Varios dirigentes de organizaciones yihadistas de la isla musulmana de Mindanao, en el sur de Filipinas, juraban en enero obediencia al ISIS, entre ellos un líder de Abu Sayaf. El Gobierno filipino minimiza el alcance de ese alineamiento pero los combates viven un preocupante repunte. Lejos, en el Índico, el Gobierno golpista de las pequeñas islas Maldivas ha mostrado su inquietud al cifrar en torno a 200 sus jóvenes seducidos por la yihad en Siria e Irak, lo que le sirve para incrementar la legislaciíón represiva.

El ISIS golpea Túnez y mueve sus hilos en el desierto argelino

El ISIS busca complicidades en el universo yihadista argelino, heredero de la guerra civil de los 90. Pero su objetivo a corto plazo es Túnez. Su reciente incursión en la fronteriza localidad de Ben Guerdane, cuna tunecina de yihadistas –sin olvidar los sangrientos atentados en el museo Bardo y la playa de Sussa– ha encendido todas las alarmas.

Boko Haram permite al ISIS llegar al corazón de África

Los talibanes nigerianos, que intentaron implantar la sharia en el norte musulmán del país y sufrieron una brutal persecución por parte del Ejército, siguen batiendo records de brutalidad y se presentan como el ISIS de la provincia de África Occidental, buscando extender sus tentáculos a los países limítrofes, como Camerún.

Una nueva base de operaciones en las mismas barbas de Europa

Nadando como pez en el agua en un país con hasta tres gobiernos en disputa, conflictos tribales irresueltos y cientos de milicias (todos los atributos de un Estado fallido), el ISIS se ha hecho fuerte en Sirte, feudo gadafista, Sabrata, en la frontera con Túnez, y pugna por volver a controlar Derna, en el desierto oriental. Occidente asegura que el futuro del ISIS está en Libia.

Teatro de la guerra interyihadista

La reciente aparición de la bandera del ISIS en localidades del sur de Somalia y la deserción a las órdenes del califato de cuadros del grupo Al-Shabah, subordinada desde 2012 a Al Qaeda, han encendido algunas alarmas. El tiempo dirá, pero sería todo un éxito para el ISIS en su pugna con la casa-madre.

Reacción beduina al regreso golpista del viejo régimen

La tradicional discriminación contra los beduinos permitió hace años que el yihadismo pusiera una pica en el desierto del Sinaí. El golpe militar en 2013 contra el gobierno islamista surgido tras la «primavera árabe» acentuó las apuestas extremas, al punto de que estos grupos atacan al Ejército egipcio e incluso vuelan aviones rusos en nombre de la wilaya del Sinaí.