Mr. Death: Auge y caída de David Irving

A finales de la década de los 80 del siglo pasado, Fred A. Leuchter Jr., inventor de incontables máquinas de ejecución penitenciaria, saltó a la fama... arruinando, de paso, su brillante (y macabra) carrera como ingeniero. La razón: un polémico informe, sustentado en bases científicas, que pretendía demostrar que el Holocausto jamás tuvo lugar. Para más información sobre el hombre, el estupendo documental de Errol Morris, “Mr. Death”... y para más información sobre el tema, la película que ahora nos ocupa. En esta ocasión, la historia se dramatiza, y todo gira en torno a otro personaje incómodo. Se trata de David Irving, seudohistoriador que causó, en 1996, una auténtica tormenta mediática (y filosófica) al llevar a juicio la mismísima idea de la “solución final” nazi. El director Mick Jackson plantea un drama procesal de interés innegable. Este se concentra en el contenido... y es ligeramente empañado por unos modos que confunden con demasiada facilidad lo emocional con lo sensiblero. Un tratamiento cuestionable, pero digerible por tres actores (Weisz, Wilkinson y Spall) que, estos sí, están a la altura del caso abordado.