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RUGIDOS ROJIBLANCOS

Cristian Ganea, talento y talante


En su primera rueda de prensa como león, Cristian Ganea repitió, casi obsesivamente, dos ideas principales: las ganas que tenía de jugar en el Athletic y su convencimiento de que el club no se arrepentirá de su fichaje. Los tópicos habituales, pensará el seguidor zurigorri avezado en estas lides. Y no le faltará razón, pero solo en parte. Los que fuimos testigos de su presentación y compartimos un día tan especial, tanto para él como para su familia, sabemos que el nuevo jugador rojiblanco no hacía sino verbalizar lo que para Cristian ha sido un mantra desde que empezó a jugar a fútbol en Basauri. Contaba su padre, Viorel, que al de unos meses de llegar a Euskal Herria quiso que hiciera una prueba con el club rojiblanco, pero unos amigos le explicaron la pelicular filosofía del club. «No pasa nada, se va a formar aquí».

Y eso hizo, primero en el CD Basconia y después en el Indartsu Club, donde le conocimos nosotros. Para ficharle tuvimos que superar el escrutinio de su madre, Adina, una mujer cuyo ejemplo de seriedad y trabajo ha guiado al resto de la familia. Cuando entendió que éramos gente de fiar, todo lo fiable que se puede ser en el fútbol base (permítaseme la broma), pudimos contar con él. En los primeros días de pretemporada, su entrenador, Mikel Aguilar, se mostraba preocupado por lo tímido y reservado que era en el vestuario. Nuestra preocupación desapareció en cuanto le vimos jugar el primer partido de preparación, con apenas 16 años, ante rivales hasta dos años mayores que él, y en la máxima categoría de juveniles a nivel autonómico. Tenía una mezcla de terciopelo y pólvora en su pierna izquierda, además de un atrevimiento impropio de un recién llegado. Preguntado el presidente Josu Urrutia sobre el momento del fichaje, señalaba que «probablemente los técnicos le han visto ahora una madurez que no tenía antes». Recuerdo que, por aquel entonces, tras cada entrenamiento con el Athletic en Lezama, o tras cada buena actuación con Euskadi sub18, su padre nos preguntaba: «Y el Athletic, ¿qué?»

Pero el Athletic no dio el paso, y Cristian se convirtió en un trabajador del fútbol, con todas las sombras que ello conlleva de promesas incumplidas y contratos impagados. Muchos hubieran tirado la toalla, pero el nuevo lateral izquierdo rojiblanco ha aplicado siempre la máxima que no deja de repetirle su asesor deportivo, Juan Karlos Gómez: «El 30 por ciento depende del talento. El otro 70, del talante». Es decir, del trabajo.

«Aquí va a haber que correr mucho», no dejaba de repetirse en los momentos previos a la presentación del lunes, apoyado sobre la cristalera del antepalco de un San Mamés vacío, con la mirada fija en el césped, para acto seguido añadir: «¡Qué ganas de empezar!» Las mismas que debe tener la afición de ver un fichaje exótico en lo aparente, pero, sobre todo, interesante en lo deportivo. La banda izquierda del Athletic tiene nuevo inquilino. Veremos si, con el tiempo, también se convierte en su dueño. Zorte on!