01 JUIN 2018 ALGO CELOSA La envidia como gran enfermedad social de una era competitiva Mikel INSAUSTI Los hermanos Foenkinos ya se estrenaron como excelentes directores de actrices con “La delicadeza” (2011), película sutil en la que supieron retratar el mejor perfil de Audrey Tautou. En “Algo celosa” tienen la oportunidad de dirigir a la extraordinaria Karin Viard, que ofrece todo un recital al clavar una caracterización tan marcada y reconocible como la de la persona que sufre celos patológicos. Además, su personaje sufre una profunda y radical transformación, al pasar de tenerlo todo para ser feliz a comportarse como una enferma, víctima de un trastorno de personalidad que la anula y la incapacita para seguir llevando una vida normal. De esta manera, los Fonenkinos vienen a decirnos que uno no nace ya siendo celoso, sino que se trata de una patología social. La enfermedad de la protagonista surge de repente, siendo apreciable en pequeños detalles iniciales, hasta que va creciendo como una bola de nieve. Ella es una profesora de literatura francesa divorciada, y que de la noche a la mañana deja de ser la madre adorable que era, cuando empieza a sentir envidia de su propia hija, una bella y prometedora bailarina de 18 años de edad. A partir de ese momento entra en una descontrolada espiral de la que ya no va a poder salir. Una vez convertida en una celosa sin remedio, la pobre Nathalie empieza a sentir de los por cuantos se cruzan con ella en su día a día, primero es la familia, luego las amistades, los compañeros de trabajo, los vecinos, la humanidad al completo. La baja autoestima se sitúa en el germen del problema, y tal como señalan las estadísticas aparece provocada por el carácter tan competitivo de nuestra sociedad. El complejo de inferioridad es un síntoma inequívoco de la rivalidad inconsciente que se establece de cara a los demás.