07 FéV. 2019 La OMS urge a salvar a 68 millones de niñas de la ablación antes de 2030 Si la mutilación genital femenina se sigue practicando al ritmo actual, 68 millones de niñas podrían convertirse en nuevas víctimas antes de 2030, según la OMS. La mayoría viven en África, Oriente Medio y Asia, donde la ablación se considera una costumbre. Dernière mise à jour : 07 FéV. 2019 - 00:21h GARA ginebra La ONU instauró el 6 de febrero como el día para recordar la necesidad de no flaquear en los esfuerzos por terminar con la práctica de la mutilación genital que han sufrido más de 200 millones de niñas y mujeres, recordó en Ginebra el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic. La mayoría vive en una treintena de países de África, Oriente Medio y Asia, donde prácticas como la ablación (una de sus versiones) son consideradas una costumbre cultural o religiosa. Si la mutilación genital femenina se sigue practicando al ritmo actual en los países donde es prevalente, 68 millones de niñas podrían convertirse en nuevas víctimas antes de 2030, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que urge a la comunidad internacional a que acelere las acciones para acabar con ella. La región con más casos es África Occidental, donde se calcula que más del 85% de las mujeres de entre 15 y 45 años la han sufrido, pero en Europa se estima que en comunidades de migrantes hay 500.000 víctimas y alrededor de 180.000 niñas corren el riesgo de serlo cada año –17.000 en el Estado español–. En 2019, la OMS quiere poner especial énfasis en combatir la creciente creencia de que sustituir prácticas de mutilación tradicionales por otras similares en manos de trabajadores sanitarios es menos dañina, equiparándola en cierto modo y erróneamente con la circuncisión masculina. Los empleados de la sanidad «nunca deben someter a niñas o mujeres a mutilación genital», advirtió Jasarevic. Esta mutilación parcial o total del tejido externo de los genitales femeninos, practicada para eliminar el placer sexual de la mujer, «no tiene justificación médica alguna, solo causa dolor, y jamás debe practicarse», dijo. Con ocasión de esta conmemoración, ONU Mujeres, Unicef y el Fondo de Población de la ONU reafirmaron su compromiso para eliminar una práctica que «vulnera el derecho de las mujeres a la salud sexual y reproductiva». Instaron a combatir las causas de la desigualdad de género y trabajar por el empoderamiento social y económico de las mujeres y urgieron a los gobiernos de los países donde se mantiene esta práctica a elaborar planes nacionales para su erradicación, en los que se incluyan partidas presupuestarias destinadas a servicios integrales de salud sexual y reproductiva, educación, asistencia social y de carácter jurídico. También exigen que «los líderes religiosos derriben el mito de que la mutilación genital femenina se sustenta en la religión». Organizaciones que trabajan en África constataron el despegue de la lucha contra la mutilación genital femenina con el compromiso de gobiernos y comunidades, pero advirtieron de que debe acelerarse para que tenga un efecto significativo. La lista de estados con mayores porcentajes de prevalencia la conforman, casi en su totalidad, naciones subsaharianas, con Somalia en la cabeza, donde se calcula que el 98% de las mujeres de 15 a 49 años ha pasado por esta mutilación, seguida de Guinea (97%), Yibuti (93%) y Sierra Leona (90%). Egipto lidera las estadísticas de Oriente Medio, con un 92% de las mujeres casadas de entre 15 y 49 años sometidas a esta práctica, prohibida en el país desde 2008 y castigada penalmente desde 2016. CUATRO POR MINUTO Cada minuto, según las OMS, cuatro mujeres en el mundo son sometidas a ablación. Naciones Unidas estima que 44 millones de menores de 14 años han sufrido mutilación genital, especialmente en Mali, Gambia, Mauritania e Indonesia. LAZOS AZULES Los médicos de dos hospitales de El Cairo acordaron poner lazos azules en la ropa de las niñas recién nacidas para concienciar a las familias y que «digan ‘no’ a la mutilación genital femenina», en un país que aún tiene una de las tasas de prevalencia de esta práctica más altas del mundo.