Historias entrelazadas sobre la inmigración

El segundo largometraje para la pantalla grande del realizador televisivo Salvador Calvo es una película ambiciosa a nivel de producción, como ya lo fue su anterior “1898. Los últimos de Filipinas” (2016), y de nuevo con un reparto coral encabezado por Luis Tosar, solo que cambiando el trasfondo histórico por una situación tan candente y actual como la de la inmigración a Europa desde el África subsahariana, con especial atención al menor en cuanto víctima más vulnerable dentro del colectivo de desplazados y desplazadas. Y aunque la historia del niño del título es la central, “Adú” (2020) quiere ser un muestrario lo más amplio posible de las muchas personas que se ven implicadas en la inmigración desde el tercer al primer mundo. Por eso, además del relato del pequeño africano de seis años que huye con su hermano adolescente de una matanza que se ha cobrado la vida de la madre, se superponen los de un activista proanimales que quiere salvar a los elefantes de una reserva amenazados por cazadores y traficantes de marfil, y un grupo de guardias civiles juzgados tras la muerte de un inmigrante que intenta saltar la valla en Melilla.