03 FéV. 2020 CRÍTICA «Volando juntos» Inspirada en el ornitólogo alado Christian Moullec Mikel INSAUSTI Los videos del ornitólogo Christian Moullec se han hecho muy famosos, desde que en 1995 empezó a grabar sus vuelos en un ala delta motorizada junto a bandadas de gansos salvajes. No se trataba de ninguna proeza gratuita de las que se suben a internet con fines exhibicionistas, sino de proteger a una especie en vías de extinción en sus viajes migratorios, haciendo de guía para evitar nuevos peligros en sus rutas tradicionales como los cazadores o la contaminación de ciudades o ríos. Al final, el espíritu Moullec ha calado y en su figura y labor conservacionistas se inspira esta película, en cuya escritura ha colaborado junto al realizador Nicolas Vanier, con toda una filmografía dedicada por entero a la naturaleza salvaje y que en este su quinto largometraje le ha llevado a rodar en el sur de Europa y en los paisajes nórdicos de Laponia. “Volando juntos” (2019) es una obra didáctica y ecologista que trata de establecer un puente entre la generación de Moullec y la de Greta Thunberg, motivo por el que presenta un conflicto paternofilial interpretado por Jean-Paul Rouve y el adolescente Louis Vazquez. Se trata del chico enganchando a la Play, disgustado por tener que pasar el verano junto a su padre biólogo en lugares despoblados donde ni siquiera hay cobertura. Sin embargo, la llamada de la madre naturaleza resulta tan poderosa que no se podrá resistir y acabará integrándose en el trabajo de seguimiento de las aves en su migración a bordo de un ULM (Planeador Motorizado Ultraligero). Si el desarrollo argumental es simplista y se potencia el aspecto audiovisual de modo efectista, con las imágenes naturalistas de Éric Guichard y la música evocadora de Armand Amar, es debido a la concepción educativa de la película, pensada para ser proyectada con su correspondiente charla en los colegios, para así ganar vocaciones en la lucha medioambiental por la defensa del planeta.