13 NOV. 2021 CRÍTICA «The Sparks Brothers» Larga vida a Russell Mael y Ron Mael Mikel INSAUSTI Cada vez que le llega el reconocimiento a alguno de mis artistas predilectos lo siento como una revancha particular, no por nada, simplemente porque se hace justicia y se cumple la regla que dice que el tiempo pone a cada uno en su sitio. Y Edgar Wright ha podido hacer su documental musical como quien inventa el final feliz a la película de toda una vida, gracias a que Ron Mael (75 años) y Russell Mael (73 años) están viviendo una vejez dorada, en vista de que les está tocando recoger de golpe los frutos de su trabajo de seis décadas, cinco como el dúo Sparks. Es un momento feliz, y no toca mirar hacia quienes les han robado sus ideas para hacerse más famosos que ellos, porque ser un grupo de culto con una audiencia fiel durante tanto tiempo no se puede comparar con figurar en las listas de ventas. Es increíble la cantidad de grupos y cantantes que aparecen en “The Sparks Brothers” (2021) reconociendo la influencia de la hermandad angelina, a modo de ejemplo de la admiración que toda la profesión les procesa. La película es divertidísima, tanto como cualquiera de los títulos que integran la descacharrante trilogía del Cornetto de Edgar Wright. Las anécdotas que cuentan los hermanos, sus ingeniosas bromas, todo en ellos resulta carismático e irónico. Son como una pareja cómica perfecta, con Ron y su bigote chapliniano aparentando una seriedad caricaturesca, mientras Russell sigue atesorando su virtuoso falsete sin perder la movilidad escénica. En las entrevistas prolongan las surrealistas letras de sus operísticas canciones, dentro de un universo creativo barroco y absurdo. Y por fin sale a relucir su vena cinéfila, redescubierta a raíz de su exitosa ópera rock para Leos Carax “Annette” (2021), que ha servido para saber de su otra comedia musical “The Seduction of Ingmar Bergman” (2009), de su participación en “Montaña rusa” (1977), o de sus proyectos fallidos para Tati y Tim Burton.