02 JUIN 2022 DE REOJO Menos tres Raimundo Fitero A ver si resulta que el Garzón, que no es prevaricador sino ministro de Consumo, está realizando una labor eficaz en defensa de los consumidores. De momento no le han saltado al cuello los chinches de la extrema derecha mediática. Ha hecho una propuesta de ley que va poniendo unas condiciones para la atención al cliente que, visto ahora, parece que estemos viviendo en una burbuja setentera. Se dice que deberán contestar en menos de tres minutos a cualquier llamada. Tres minutos son una eternidad. Y no estoy hablando de relaciones sexuales sino del tiempo de espera con una tortuosa musiquita sonando en tu receptor hasta convertirte en un ficus de sangre caliente. Alberto Garzón acaba de dar cobertura a Sánchez en su relación con la OTAN, es decir, estamos ante una figura del eurocomunismo en progresión hacia la integración socialdemócrata galáctica. Pero cada vez que ha sacado o ha propuesto un reglamento que reduzca las injusticias, que ponga coto a los abusos, que los clientes tengan alguna defensa más nítida o recomiende consumos responsables de carnes, leches o señale a los juegos de salón como un peligro social de primera magnitud, se ha convertido en una cuña de la oposición bicéfala para atacar a Sánchez, o como dice esa malísima lectora de discursos fascistoides, el sanchismo, asunto que se podría tratar en otros departamentos de sicología aplicada. Así que a partir de ahora te deberán responder antes de tres minutos y si pides que te atienda una persona deberán cumplir con tu deseo. No se sabe cómo van a medir el tiempo, ni cómo comprobarán si habla una persona o no, pero en esos lugares diseminados por el mundo donde atiende a los clientes ya han avisado que, o contratan a más personal, o reventarán. Influirá en nuestra vida cotidiana y requerirá de ajustes laborales.