30 JUIL. 2022 DE REOJO Teoría del desgaste por fricción Raimundo FITERO Si se sigue una retransmisión de una carrera de fórmula 1 con cierta imparcialidad y una atención adecuada, se pueden recibir muchas nociones sobre la fricción, el desgaste de los materiales y la estrategia de equipo. Además de convencerse de que la tecnología aplicada a los automóviles forma parte de un presente encaminado a la conversión del individuo conductor en un objeto, en una molestia usada para la homologación y la mercantilización del producto.. Existe un factor humano que acostumbra a colocarse en el terreno del error. Si se mira la desaceleración inteligente de las extrema derecha bicéfala, la infantilización paradójica de la izquierda a la izquierda de un triunfante y autoalabado Pedro Sánchez, lo que parece que se está aplicando de manera exacerbada, pero con resultados frustrantes es la teoría del desgaste por fricción, que de momento lleva una ducha de agua templada en las encuestas, pero que tiene mucho que ver con el número de curvas a derecha o izquierda que tenga el circuito y de los componentes de los neumáticos que use cada unidad de desplazamiento en el proceloso mundo de las vacaciones a todo ritmo. El desgaste es un elemento de aproximación entre deseo y realidad. Lo que se anuncia y lo que sucede. Si el paro va bajando, la inflación subiendo, el PIB creciendo, pero menos, los desplazamientos en tren, avión o automóvil son un ejercicio de alto riesgo, las salud no sabe ni contesta y los conflictos bélicos entran en fase de reposición de estanterías, la vida no puede ser más que un anuncio de refrescos en apnea.