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El Defensor del Paciente achaca a Lakua el deterioro de Osakidetza

Esta asociación de defensa de los derechos de las personas enfermas concluye en su informe anual que los problemas en la red sanitaria de la CAV son «producto de la imprevisión y la creciente escasez de profesionales ante la falta de planificación» del Gobierno autonómico. En 2022 recibió 421 quejas en la suma de los tres territorios.

Una de las concentraciones llevadas a cabo recientemente ante el Hospital Donostia. (Andoni CANELLADA | FOKU)

El Defensor del Paciente ha denunciado que en Osakidetza «los problemas se multiplican» al mismo ritmo que en otras comunidades autonómicas del Estado español, a pesar de que la CAV es la que más dinero destina a Sanidad. Una situación que achaca a «los múltiples errores de gestión del Departamento de Salud».

En su informe anual, el Defensor del Paciente, asociación que defiende los derechos de las personas enfermas, especialmente ante casos de negligencias médicas, detalla que en 2022 recibió en la CAV 421 quejas, de las cuales 35 tuvieron como consecuencia el fallecimiento.

Con respecto a 2021 hubo 11 denuncias más, un 2,5% de incremento. Lógicamente, debido a la distribución demográfica, la mayor parte de las quejas se dieron en Bizkaia (252), seguida de Gipuzkoa (134), y de Araba (35). Los hospitales que acumularon más denuncias fueron Cruces, Donostia y Galdakao. Las quejas se centraron en cirugía general, traumatología, urgencias, listas de espera, ginecología y obstetricia.

Dos meses de demora

. Las listas de espera quirúrgica sumaron a cierre del año 22.277 pacientes y los días de demora para ser operado en Gipuzkoa, Bizkaia o Araba fueron 64, la cifra más baja del Estado español. El servicio de traumatología fue el que acumuló un mayor retraso, seguido de oftalmología y cirugía general.

El Defensor del Paciente alerta del aumento de problemas en Osakidetza a pesar de que el Gobierno de Lakua invierte 2.015 euros por habitante en Sanidad. «Y sin embargo los problemas se acumulan. Habremos de concluir que la clave se halla en los múltiples errores de gestión del Departamento de Salud vasco», acusa esta organización.

Destaca que «los ciudadanos vascos, que consideraron siempre con orgullo a Osakidetza como el buque insignia de su autonomía, han tenido que soportar en los últimos tiempos episodios oscuros como el llamado ‘caso Margüello’ (contratación irregular de servicios sanitarios entre el Departamento de Salud y varias empresas vinculadas al jefe de Calidad del Hospital de Cruces), el fraude en las oposiciones a Osakidetza, o la vacunación irregular de cargos políticos al inicio de la pandemia del covid 19».

Además, «se enfrentan ahora, con un enfado comprensible, al deterioro de la calidad asistencial para el que ya no caben excusas pandémicas», continúa en su informe el Defensor del Paciente.

Opina que «este menoscabo es producto de la imprevisión y la creciente escasez de profesionales ante la falta de planificación del Departamento de Salud, que parece enterarse por la prensa de que el 27% de los facultativos de Atención Primaria supera los 60 años y de que este próximo año se jubilarán 330 médicos para los que no se ha dispuesto un relevo suficiente».

Explica que a todo ello se suma lo ocurrido en las últimas semanas de 2022, «una crisis sin precedentes a raíz del cese de las dos máximas responsables de OSI Donostialdea, a lo que se añade la carta abierta de treinta jefes de servicio donostiarras exigiendo la dimisión de la dirección general de Osakidetza».

Profesionales quemados

Al hilo de la escasez de personal, una encuesta entre profesionales realizada por el movimiento Lehen Arreta Arnasberritzen (LAA) pone de manifiesto que tres de cada cuatro personas que han respondido de se siente quemada y desmotivada.

LAA, que desde 2017 agrupa a personas que trabajan en Atención Primaria en Osakidetza, celebró el sábado una asamblea en Bilbo, en la que presentaron las conclusiones de la encuesta dirigida a una plantilla de 4.371 personas.

Un total de 841 profesionales han contestado, y «el 97,1% tiene al menos una de las escalas alteradas en grado medio o alto» en la valoración del síndrome del trabajador quemado, conocido como burnout. La prevalencia de sentirse desmotivado o quemado es del 75,4% para el conjunto de la muestra. Además, el 51% tiene las tres escalas alteradas con puntuación máxima relativa a ese sentimiento de estrés y desgaste.

Para LAA, la falta de previsión en el recambio generacional ha hecho que existan ahora mismo más de 200 plazas de Médico de Familia y pediatría sin cubrir en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Ello «está suponiendo serios problemas en la atención a la población y está sometiendo a un sobreesfuerzo a la plantilla actual para intentar mantener la calidad de la atención sanitaria».

Para paliar esa situación solicitan el aumento de los presupuestos específicos para Atención Primaria, la creación de un área de conocimiento sobre Atención Primaria en la universidad, la autonomía de los centros de salud para la elección de sus responsables, mayor autonomía en organización de su actividad asistencial y la desburocratización, entre otras propuestas recogidas en ese sondeo.

Los argumentos de Sagardui

Entrevistada en Onda Vasca, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, reconoció ayer que las listas de espera se han visto «afectadas» por la pandemia del covid-19, pero aseguró que «se van recuperando» y que «en la medida que ganamos en normalidad, vamos mejorando». También apuntó que se ha recuperado la actividad en todos los cribados, aunque «en zonas concretas hay retrasos derivados de la renovación de los equipamientos».

Sagardui rechazó que exista «colapso» en los servicios de Urgencias y explicó que, aunque en esta época del año la demanda es mayor debido a la incidencia de las enfermedades del aparato respiratorio, «hay planes de contingencia» para solventar un repunte que «está previsto».

Reiteró que no hay recortes en Osakidetza y que si no se hacen sustituciones es porque «no hay a quién contratar». La consejera recordó que se están realizando los procesos de OPE de 2018 y 2019 y en febrero se van a abrir los procesos de las OPE de 2020, 2021 y 2022 y la de estabilización.

«El cupo de personas a trabajar es limitado y es insuficiente, hoy por hoy. Osakidetza no ha amortizado plazas de médicos, pediatras ni enfermeras», certificó.