Para el arrastre

Estas fotos, que intentan dar una idea frustrada de un supuesto Reino de España federalizante, forman parte de la imaginaría navideña. Con las espalda cubiertas por un marco incomparable, es desmenuzando algunas intervenciones posteriores cuando se descubre que todo ha sido una puesta en escena, una degustación de mariscos y una colisión de intereses que nada tienen que ver con lo que debería ocupar a los dirigentes políticos como responsables del bienestar de toda la población de su territorio, sino de estrategias partidista con objetivos puramente electoralistas.

Se podría decir que el famoso estado de las autonomías está para el arrastre, que es término taurino y marinero. Justamente en los asuntos de pesquería se está discutiendo en Europa una norma para disminuir de manera drástica el número de días que pueden salir a la mar los barcos y que, una vez más, coloca a esta actividad al borde de la reconversión. La manera de ampliar los días es cambiando de redes para que tengan sus huecos mayores dimensiones por el que los pezqueñines pasen y no se esquilmen los bancos. También deben cambiar el mecanismo de recoger las redes de arrastre que erosionan los fondos marinos.

La precisión de las medidas que se proponen, los informes exhaustivos, la intervención de especialistas de varias disciplinas hacen que estas medidas tengan un soporte técnico de gran entidad. En el Mediterráneo chocan con una realidad geográfica: dos orillas, y en la otra no hay reglamentación, por lo que todo puede quedar anulado en la práctica. Y en el comercio.