El Ejército de Israel intercepta la Flotilla Sumud al acercarse a Gaza

Después de días de amenazas y varias horas de hostigamiento, el Ejército de Israel interceptó ayer la Global Sumud Flotilla, que aglutina a más de 40 barcos con ayuda humanitaria para la Franja de Gaza. En aguas internacionales y unas horas después de caer la noche, las embarcaciones solidarias fueron interceptadas a unos dos días de navegación de la costa de Palestina.

El Alma fue el primer barco interceptado. Le siguieron el Adara y el Sirius.

El Ejército israelí les envió un mensaje en el que pidió a la Flotilla que no avance porque entraba en una «zona de conflicto activo» y les responsabilizó de las consecuencias.

Un portavoz de la flotilla, Thiago Avila, respondió subrayando que Israel está cometiendo crímenes de guerra, entre otros, al usar el hambre como arma de guerra, y que está violando el derecho internacional. También les recordó la orden de captura que el Tribunal Penal Internacional ha emitido contra su primer ministro, Benjamin Netanyahu, por lo que les advirtió de que no reconocen su autoridad para impedir el avance y exigió que depusieran el bloqueo.

Minutos antes del asalto las embarcaciones de la Global Sumud Flotilla ya habían empezado a sufrir interferencias en las comunicaciones.

«No nos dejaremos intimidar por amenazas, acoso ni por los esfuerzos para proteger el asedio ilegal de Israel a Gaza», afirmó la Flotilla en su canal de Telegram.

En otras embarcaciones, los tripulantes se prepararon con los chalecos listos para posibles intercepciones o abordajes por parte de la Armada israelí, mientras seguían navegando hacia Gaza en una noche de máxima tensión.

OPERACIÓN DURANTE TODA LA NOCHE

El Canal 13 israelí informó de que irían asaltando los barcos uno a uno en una operación que duraría hasta hoy.

Las tripulaciones se habían preparado para el asalto cuando unas horas antes detectaron una veintena de buques no identificados a tres millas náuticas (5,5 kilómetros) de distancia.

La misión había entrado el martes en la calificada como «zona de riesgo», a una distancia de 120 millas náuticas, manteniendo su lento avance y ayer llegó a superar la zona en la que en junio Israel asaltó el buque Madleen.

En la noche del martes Israel ya había enviado un barco militar mediano, un submarino y una lancha que habían realizado maniobras intimidatorias sobre varias de las embarcaciones. «Han empezado a dar vueltas a nuestro alrededor, en actitud amenazante, y en ese tramo nos han cortado todas las comunicaciones», explicó una de las activistas a NAIZ irratia.

El ministro de Exteriores de Italia, Antonio Tajani, señaló que el Gobierno israelí les ha asegurado que los miembros italianos de la Flotilla serán trasladados a Israel «sin violencia» y luego expulsados.

MADRID Y ROMA ABANDONAN SU «PROTECCIÓN»

Pero tanto el Gobierno español como el italiano se echaron atrás en la supuesta protección que debían proporcionar las dos fragatas que enviaron. La italiana Alpino abandonó a la Flotilla cuando entró en la zona de mayor peligro instándoles a dejar la misión, mientras la española Furor también suspendía su ruta cuando ya era previsible al agresión israelí.

La Fllotilla denunció que el Ejecutivo español renunció a ofrecerles la protección necesaria para llegar hasta Gaza. «Por acción u omisión, el Gobierno español se convierte en cómplice de lo que pueda suceder», declaró la organización después de que Madrid les notificara que entrar en la «zona de exclusión» establecida por el Ejército israelí en 120 millas náuticas «pondría en riesgo la integridad física de su tripulación y de la propia Flotilla».

El Gobierno español también recomendó a la Flotilla que no se adentre en esa zona. Esta petición, para la Global Sumud Flotilla, supone «aceptar como normal la amenaza de asalto a una acción pacífica y humanitaria» y «avalar la impunidad de Israel y silenciar la denuncia del genocidio».

También reprochó al Ejecutivo español haber respaldado «el plan neocolonial de Trump» para Gaza y volver a alinearse con el Estado de Israel en lugar de defender el derecho internacional.