17 OCT. 2025 ENEKO GOIA RENUNCIA A LA ALCALDÍA DE DONOSTIA Un adiós complaciente mientras la oposición le pregunta «dónde vive» «Deja un legado extraordinario, ha hecho un trabajo sobresaliente». Son palabras del futuro alcalde de Donostia, Jon Insausti, en el pleno de despedida de su antecesor, Eneko Goia, quien se despidió tras una década al mando. Un aplauso que no compartió la oposición, que coincidió en que deja la ciudad peor que cuando se hizo cargo de ella. Dos diagnósticos contrapuestos. Eneko Goia se dirige hacia su último pleno como alcalde acompañado por el que será su sucesor, Jon Insausti. (Maialen ANDRÉS | FOKU) Imanol INTZIARTE DONOSTIA La marcha de Eneko Goia focalizó ayer el Pleno del Ayuntamiento de Donostia en el que se analizó el estado de la ciudad, que el alcalde saliente aprovechó para repasar cómo ha evolucionado durante sus diez años de mandato. Goia arrancó remarcando que cuando tomó la vara de mando, en junio de 2015, la ciudad «estaba en una situación de parálisis», y que los proyectos en marcha ya venían de antes, como Tabakalera, la estación de autobuses o la Capitalidad Cultural Europea para 2016. Tras esta crítica al anterior Gobierno municipal liderado por Juan Karlos Izagirre (Bildu), puso en valor el pacto entre PNV y PSE, que se ha mantenido a lo largo de esta década en la que Donostia, según remarcó, ha crecido en número de habitantes (+4.000), ha reducido a la mitad su tasa de paro y ha elevado en 7.000 euros su renta anual por persona. A partir de ahí, fue repasando diversos temas, empezando por la movilidad, con la apuesta de la pasante del Topo como proyecto estrella. El alcalde reconoció que ha sido una obra «compleja, larga y con grandes afecciones». También habló del futuro intercambiador entre Renfe y Euskotren en Riberas de Loiola o de la nueva estación para el TAV. Goia aplaudió la evolución de DBus -con «cuatro líneas nuevas en diez años y la electrificación cada vez mayor del servicio»- y de DBizi, que ha pasado de contar con 16 estaciones a 70. Pasó de puntillas sobre el criticado servicio de taxis. El siguiente capítulo fue la vega del Urumea, reconociendo que se trata de «una apuesta compartida que viene de antes». La sustitución de puentes y la ampliación del cauce ha reducido la preocupación por las inundaciones. A ello se suman las diferentes promociones inmobiliarias como Txomin Enea , Ciudad Jardín o Cuarteles de Loiola más adelante. Goia confesó que le quedan como «espinita» algunas intervenciones en el barrio de Martutene. En cuanto al turismo, atribuyó su crecimiento al boom global y a la desaparición de ETA. Goia defendió que «en 2011 Donostia tenía un importante déficit de alojamiento» y que «se han tomado medidas para controlar el crecimiento», sin olvidar que es un sector que genera el 14% del PIB. No es, ni de lejos, el ámbito más relevante, ya que casi la mitad de la riqueza, el 48% del PIB, proviene de la investigación y la tecnología, con «dos elementos clave» como la ciudad universitaria y el parque tecnológico de Miramon. Respecto a la vivienda, manifestó que la ciudad «siempre ha tenido ese problema, pero se ha complicado más. Cada vez viven menos personas en una vivienda, así que la oferta de vivienda ha de crecer más rápido que la población. Se están construyendo ahora mismo más de 1.000 viviendas, muchas de ellas protegidas». Expuso sus dudas respecto a la efectividad de la declaración de zona tensionada. «No me importaría decir que estaba equivocado». Goia resaltó que, a pesar del envejecimiento y de la bajada de natalidad, la población ha crecido debido a la inmigración, con 30.00 personas (16%) nacidas fuera del Estado español, cuya integración supone «un reto». En cuanto al cambio climático, recordó «el transporte es la principal fuente de CO2», por lo que se aprobó la Zona de Bajas Emisiones. Sobre la seguridad, asumió que «ha crecido la preocupación por este tema». Los datos policiales han empeorado y «la percepción más, si cabe. No hay que esconder las realidades, el problema está claro». El Ayuntamiento, explicó, trabaja para abrir en Egia una comisaría conjunta con la Ertzaintza, y lamentó la falta de medidas legales más duras para los multireincidentes. En su recta final, puso en valor los pasos dados en recuperación de la memoria histórica y la colocación de placas para «reconocer a todas las personas que han perdido la vida de forma injusta en esta ciudad». «EN UNA BURBUJA» Desde la oposición, Juan Karlos Izagirre (EH Bildu) lamentó que Goia hablara de «una gestión brillante, sin espacio para la autocrítica. Como si el malestar de la ciudadanía no tuviera nada que ver con el Gobierno municipal, que parece que vive en una burbuja». Así, acusó al alcalde saliente de «obviar el rechazo generado» por la pasante del Topo, así como los problemas de retrasos y que el presupuesto se haya «duplicado». También criticó que el actual Gobierno pusiera fin a la participación de los vecinos y vecinas en las decisiones sobra la vega del Urumea. «¿Dónde vivís?», se preguntó al abordar el tema del turismo, remarcando que «vuestras propias encuestas os dicen que las y los donostiarras opinan todo lo contrario». En cuanto a la vivienda, Izagirre aplaudió la compra de los terrenos de los cuarteles de Loiola, aunque ha considerado que «se pagó tan cara -74 millones de euros- porque dijisteis que iba a haber muchas viviendas libres». Como diagnóstico, apuntó que «la percepción es que se ha dejado a ciertos sectores campar a sus anchas para el negocio y la especulación, una ciudad para las élites, con pérdida de personalidad. Se desoye y desatiende a las donostiarras y sus necesidades, y además se les riñe si dan su opinión. Desde las filas del PP, Borja Corominas sentenció que Goia «deja la ciudad peor de lo que la encontró, con problemas de vivienda, peor movilidad, más cara, menos patrimonio, inseguridad. Ha conseguido hacerlo peor que EH Bildu». Criticó aspectos como la presión fiscal, la inseguridad, las políticas de vivienda -su receta pasa por «agilizar» la iniciativa privada- o las de movilidad, con una defensa del vehículo privado sin restricciones y calificando de «derroche» la pasante subterránea- Víctor Lasa (Elkarrekin), consideró que en esta década Donostia ha sido «un laboratorio para inversores, una ciudad convertida en producto con alquileres impagables. Es imposible vivir solo, difícil en pareja. El nuevo alcalde hereda un modelo que ha fracasado». A su juicio, «el 40% mínimo de viviendas protegidas no es suficiente, tenemos que ser valientes e innovar». También criticó los «regalos a una fundación público-privada», en referencia a la nueva sede del Basque Culinary Center, y reclamó una Zona de Bajas Emisiones más ambiciosa. RELEVO Una vez terminado el Pleno de Política General se inició un pleno extraordinario en el que se dio luz verde tanto a la renuncia de Eneko Goia como alcalde como a la del edil del PP Jorge Mota, que será sustituido por el abogado Tomás Pascua, que en 2023 iba el cuarto en la lista. AITOR ESTEBAN La vara de mando municipal pasó temporalmente a manos de la teniente alcalde, Nekane Arzallus. Jon Insausti será proclamado alcalde en un pleno aún sin fecha, posiblemente el 29 de octubre. En el acto de despedida estuvo presente el presidente del PNV, Aitor Esteban.