24 OCT. 2025 EUROLIGA Un tercer cuarto calamitoso condena a un digno Saski Baskonia Después de llegar al descanco ganando por 40-43, los gasteiztarras encajaron un parcial de 32-15 en un tercer acto en el que mostraron una falta de inteligencia preocupante. Kobi Simmons debutó con la casaca baskonista, dando una imagen muy aseada. Saski Baskonia desapareció en el tercer cuarto. (@CRVENA ZVEZDA) Arnaitz GORRITI {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} Si el lema de la Euroliga en los últimos años es «Every game matters»; es decir, cada partido importa, habría que ajustar ese lema para el Baskonia y sentenciar que «cada jugada importa». El día del debut de Kobi Simmons y el primer día sin Luka Samanic -los medios de Croacia se hacían eco de una bronquitis del jugador dálmata que requirió un ingreso hospitalario y que el preparador lombardo ignoró de cara al duelo ante Partizan- los de Paolo Galbiati cuajaron anoche un partido más que digno, a pesar de sumar una nueva derrota, que es lo que al final va a quedar para la historia. Después de una primera mitad más que buena, los gasteiztarras echaron por tierra su buena labor anterior en un tercer cuarto en el que hicieron gala de una inteligencia aplicada al juego -eso que los amantes de los acrónimos y anglicismos llaman IQ- preocupantemente bajo. El parcial de 32-15 resultó imposible de levantar. Un Estrella Roja de Belgrado que anoche no pudo contar con su último fichaje, Jared Butler, tiró del talento de Codi Miller-McIntyre y Nwora para tratar de romper el partido de buen inicio. Pero con los puntos de Tim Luwawu-Cabarrot y el criterio en el juego que mostraron los cuatro bases del Baskonia -debutó Simmons y hasta Villar jugó unos pocos minutos, con decencia-, fueron capaces de aferrarse al duelo. Conforme la defensa baskonista iba ajustándose, se vio una cierta falta de conexión del perímetro y el interior entre los de Sasa Obradovic, mientras que el juego de fuera hacia dentro de los gasteiztarras estrechó el marcador. Los de Galbiati no solo se pusieron por delante en el marcador, sino que dominaron el juego. Los tapones e intimidación de Diop, la espectacularidad de Diallo, los triples de Nowell y Luwawu-Cabarrot y el prometedor talento de Joksimovic silenciaron a un Belgrade Arena con 18.000 almas, entre ellas la de la estrella de la raqueta Novak Djokovic. TARDE Y MAL Pero tras el 40-43 del descanso, el duelo se fue al garete. Una absurda pérdida fraguada entre un horrible pase de contragolpe de Sedekerskis, con dos receptores corriendo cual pollo sin cabeza como Nowell y Diallo, que chocaron entre sí, empezó a desmontar la concentración y el entramado defensivo de los de Galbiati. Fue desesperante ver cómo se salió Diallo del partido a raíz de ese error. Hasta Moneke le supo buscar las vueltas a un jugador que hizo su cuarta falta con 13 minutos de juego efectivo por delante. El resto del equipo se desenchufó y el cuarto acabó con un 72-58 que resultó imposible de remontar, pese al esfuerzo.