GARA Euskal Herriko egunkaria
KOLABORAZIOA

Crisis de la democracia burguesa


Viendo la situación real de las democracias consolidadas, habría que preguntarse si merece la pena defenderlas, o resultaría preferible la de Trump, como en EEUU, que apoya el genocidio de Gaza; Argentina, a Milei y su motosierra; Francia, con cinco jefes de Gobierno en 3 años; Gran Bretaña y el Brexit; Alemania, que defiende a Netanyahu o la española, el paraíso de la corrupción. Tantos fracasos... cabe analizar si no resultaría mejor entregar el gobierno a gestores capacitados, como demuestra China, o países formalmente no democráticos, pero eficientes y honestos.

Cuál sería el interés de los países pobres para desear la democracia, si muchos solo tienen miseria e instituciones manejadas por aventureros y militares golpistas que manipulan las elecciones para alcanzar el poder. De poco le va a servir a un palestino votar si ignora si va a estar vivo al fin del día, o a una madre de Tanzania de 34 años, con sida y diez hijos de padres distintos. Que les hablen si la democracia es beneficiosa para pueblos fuera del umbral de la miseria, con ingresos económicos regulares, y que viven en casas y no en tiendas de campaña, que es la intemperie.

En cambio, se debe analizar la lección de la transición del pueblo chino, que tiene conciencia y se constituye en nación tras la acción de líderes revolucionarios que tomaron el poder derrocando a las élites parasitarias históricamente dominantes, que fueron excluidas del nuevo proyecto fundado en el comunismo que ha convertido el país en una potencia desarrollada, igualitaria y libre, forzando a la «democrática» USA, que está al borde del golpe de Estado. Sin olvidar que la democracia se extiende solo por la quinta parte de la humanidad.