25 OCT. 2025 DE REOJO Las tetas de Anabel Raimundo FITERO {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} Una parlamentaria andaluza muestra en el pleno dos mamografías de una tal Anabel. En una se ve la teta con un círculo señalando un punto sospechoso de ser algo serio, y en la otra, muy reciente y sin firma del profesional que la hizo, la teta de Anabel aparece sin ese circulito. Es una prueba de cargo. Y en pleno conflicto sobre las desgraciadas decisiones que se toman para completar la privatización de la sanidad pública en muchos lugares, cuando se denuncia que los cribados del cáncer de mama han quedado secuestrados en una maraña burocrática con forma de negligencia dolosa, la teta de Anabel se ha convertido en un símbolo, en un reclamo para fundar los argumentarios para incidir en la sospecha de que se están alterando las mamografías, por lo que ha asumido una investigación la Fiscalía. Son fachas, gestionan muy mal y, además, causan dolor gratuito a la ciudadanía. Porque esta campaña sobre los desastres de los cribados, los hechos y no seguidos adecuadamente en Andalucía, y los no realizados en València que, por cierto, afectan a muchos otros cánceres, puede tener efectos muy dañinos, porque si la población desconfía de la pública, quienes puedan y tengan alguna duda, suscribirán una póliza privada, en vez de presionar para que no se privatice la pública de la manera tan descarada. La privada es un negocio sin alma, pendiente de la cuenta de resultados, y que sus contratos tienen tanta letra pequeña que se necesita un telescopio para leerlo correctamente. Por lo tanto, Anabel y todas las mujeres y hombres que sufren esta angustia añadida merecen nuestra total solidaridad.