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EDITORIALA

El tono importa; cumplir la palabra dada, también


El consejero de Hacienda y Finanzas de Lakua, Noël d’Anjou, registrará hoy en el Parlamento de Gasteiz el proyecto de presupuestos para 2026. La contabilidad presupuestaria es un arte que a menudo tiene más de relato político que de simples cifras económicas. Es decir, los grandes números siempre se pueden ordenar de modo que trasladen un mensaje determinado. No es una crítica, es una observación a tener en cuenta a la hora de valorar la presentación de las cuentas. En este sentido, Lakua trata de apuntalar el mensaje de que, básicamente, son tres sus prioridades: sanidad y vivienda responden a las principales preocupaciones sociales apuntadas por las encuestas; la tercera, la seguridad, viene escalando a golpe de titular y agenda reaccionaria.

Pero tan importante como la cantidad destinada a cada ramo es saber qué se va a hacer con ella. ¿Va a servir el aumento en Seguridad para reformar a fondo el modelo policial? Lo visto últimamente no invita al optimismo. ¿Se va a apostar por una política de vivienda más audaz? De momento, por mucho que se incremente el gasto nominal, lo adjudicado al Departamento de Denis Itxaso no es más de lo que ya se está gastando este año. Algo parecido cabe apuntar sobre las universidades. El gasto del Departamento aumenta un 6,6%, pero ayer mismo EHU aseguró que el proyecto le sigue infrafinanciando. Por último, se ha presentado el pequeño aumento de medio punto porcentual de la deuda como un paso atrevido, pero lo cierto es que la CAV y Nafarroa siguen siendo las comunidades autónomas menos endeudadas del Estado. La pregunta no es si es demasiado endeudamiento, sino si será suficiente para acometer todas las inversiones requeridas.

Es hora de negociar. Los presupuestos permitirán mejorar la vida de la gente en la medida en que los partidos políticos se sienten y acierten a establecer prioridades compartidas. Pero tampoco aquí el punto de partida es el mejor. D’Anjou pidió ayer a EH Bildu que rebaje el tono. Un buen clima es indispensable para dialogar, sin duda, pero el consejero podría preguntarse si faltar a la palabra dada y presentar las cuentas sin hablar con los partidos, tal y como prometió, ayuda.