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LIGA F

Una victoria para creer en Zubieta y un empate para penar en Lezama

Máxima concentración ofensiva y eficacia permiten a la Real derrotar al Barcelona, que contaba sus partidos por victorias. Edna, de penalti, sentenció el choque. Ni marcó ni ganó al DUX el Athletic, lo que le mantiene solo un punto por encima del descenso.

Edna lanza el penalti que acabó dando la victoria a la Real. (Jon URBE | FOKU)

Menudo domingo de contrastes. La Real se dio el alegrón de la temporada derrotando al Barcelona, al que no se imponía desde 2007, para mantenerse en posiciones europeas y el Athletic desperdició otro cartucho, y de los importantes, que le deja solo un punto por encima del descenso y sin haber ganado todavía un partido cuando está a punto de completarse el primer tercio del calendario.

CAMPANADA

El Barcelona ha perdido fondo de armario este verano y jugadoras importantes por lesión en las últimas semanas, lo que forzosamente se tiene que ir notando conforme avanza la competición, en plural para las catalanas que lo disputan todo. Pero sigue siendo el mejor equipo de la Liga y uno de los mejores del mundo, está repleto de internacionales que incluyen casi el once completo de la campeona del mundo y subcampeona de Europa y la mayoría de sus rivales dan por bueno acabar con un marcador que no sea sonrojante, cosa que no muchos consiguen.

Por primera vez esta temporada, el campeonísimo no solo no ganó, sino que ni siquiera fue capaz de marcar un gol. Y buena parte de la responsabilidad fue de la Real, que se exprimió como nunca en defensa para cimentar un triunfo largamente esperado.

Con una defensa de cuatro, un centro del campo nutrido y ancho y Edna en punta, ni se molestó en discutirle la posesión a su rival. Superado el cuarto de hora las estadísticas se iban al 9-91% y la Real no había pisado todavía el círculo central pero, bien prietas las filas, evitó que la insistencia de su rival le diera el más mínimo rédito. Esperó con calma hasta el 26 para acercarse por primera vez al área rival y siete minutos después repitió, esta vez para golpear. Un saque de banda a la altura del área en busca de Cahynová dio en el brazo de Alexandri y Edna marcó desde los once metros para colocar a su equipo por delante y, con siete goles ya, empatar con Claudia Pina al frente de la tabla de realizadoras de la Liga F.

El gol le sentó fenomenal a la Real, que frenó la reacción visitante defendiendo algo más lejos de la portería y además buscó la sentencia a la contra. Perdonar al Barcelona suele tener consecuencias y el equipo lo hizo en tres o cuatro ocasiones, también en la segunda parte, pero lo contrarrestó manteniendo la concentración defensiva.

La necesitó toda porque las catalanas agradecieron las sustituciones y redoblaron esfuezos conforme se acercaba el final. Peo lo poco que no pudieron cortar sus compañeras lo hizo Arrula, más exigida en el tramo final del choque.

En la última jugada marcó Fenger, tocando un córner cabeceado por Paredes. La árbitra lo anuló por ajustado fuera de juego, la eterna revisión, que acabó con paciencia y uñas de todo Zubieta -incluyendo las de Sanni Franssi, una aficionada más ayer-, le dio la razón y la Real pudo celebrar la victoria. Una victoria para creer.

SIN REACCIÓN

Poquita fe se le ve, por el contrario, al Athletic, inmerso en una dinámica tremenda. A una jornada de completar el primer tercio del calendario, todavía no ha ganado y solo se sitúa un punto por encima del descenso. Un punto por encima del DUX, precisamente el equipo que ayer se escapó vivo de Lezama. Lo permitió un Athletic al que le falta gol, es evidente, que está atenazado por la situación, es comprensible, y al que se le sigue echando en falta la intensidad y la garra que le han caracterizado históricamente. Tampoco aparecieron ayer, pese a que jugaba una final.

El balón fue del Athletic en el primer tiempo pero le costó hace daño, más allá de forzar media docena de córners. El partido se animó tras el descanso, gracias a los cambios. Primero a favor de las riojanas, que generaron mucha intranquilidad, sobre todo con Mawete. Después les tocó a las vizcainas, que acabaron volcadadas pero que vieron cómo su mejor ocasión -centro de Pinedo, remate de Zugasti- acababa dando en el poste.