15 NOV. 2025 Entrevue David Gil Entrenador de baloncesto y coach «Sin paciencia, ningún proyecto, ni siquiera el mejor, tendrá éxito» Esta entrevista tuvo lugar antes de la triple victoria de Saski Baskonia ante Dubai, Efes y Tenerife, y la triple derrota con Lleida, Hapoel y Maccabi. Pero no es un glosario de consejos sobre cómo Paolo Galbiati debe preservar el cuello, sino lo que es el coaching y la visión de David Gil sobre el Baskonia y también el «mundo exterior». (Raúl BOGAJO | FOKU) Arnaitz GORRITI GASTEIZ {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} Ritmo hesicástico, podemos empezar», es la última frase de la novela ‘‘Paradiso’’ del cubano José Lezama Lima. Y el autor habla del hesicasmo para crear, es decir, la búsqueda de la paz interior y la armonía a partir del silencio, la soledad y la quietud. El coaching es el oficio de David Gil. Después de más de 20 años en el banquillo de Saski Baskonia, quizá le dé esa opción de quietud y silencio, pero un Saski Baskonia que juega tres y hasta cuatro partidos por semana, en medio de un aterrizaje forzoso de la llegada de Paolo Galbiazti al banquillo y un buen número de jugadores sin experiencia en la ACB y la Euroliga, ¿dónde hallar esa armonía y paz interior? ¿A qué nos referimos cuando hablamos del «coaching»? El término coach viene de lo que antiguamente era una especie de autobús -la diligencia se traduce como Stagecoach-, en el que se trasladaba de un pueblo a otro. El coach era el que te llevaba de un sitio a otro. Y de ahí surge. ¿Y qué es eso? La labor que te lleva de un estado a otro distinto, principalmente a uno al que quieres llegar y por el que quieres evolucionar y cambies tu vida a mejor. Usted es maestro, pero derivó en «coach» de baloncesto. En mi caso soy maestro de Educación Infantil marcado por el baloncesto. Había decidido estudiar Psicología; también me gustaban Historia y Filosofía. Pero en el momento de matricularme en una carrera me surgió la oferta de entrenar al Zuzenak, al equipo de Baloncesto en Silla de Ruedas de Gasteiz, y al ‘David entrenador’ le saltó la alarma. No le podía decir que no. Pero Psicología se estudia en Donostia, igual que Filosofía. Entonces me decido por Historia, que sí se estudia en Gasteiz, pero me dicen en casa que adónde voy. Y entonces elijo Magisterio. Y así empecé, lo cual no va tan desencaminado a mi forma de ser y de cómo me tomo mi vida. Ya fuera del Baskonia, ¿el «coach» David Gil forma a otros entrenadores o también en otro tipo de empresas? He trabajado con distintas empresas. Sí, estoy muy metido en la formación de entrenadores y también ejerzo una tutoría con la FEB en el Curso Superior de Entrenador, llevando un grupo de 25-30 personas los últimos cuatro años Y ahora me ha surgido una cosa atractiva de la federación portuguesa: tres formaciones presenciales para trabajar con un grupo de entrenadores, dejarles una serie de tareas y volver cada dos meses a hacerles seguimiento. Con todo, mi vida profesional va encaminada a un proyecto educativo que espero salga en breve, después de mi cierre con el baloncesto. Usted viene de un «coaching staff» cada vez más extenso, y usted aboga que lo sean aún más. ¿En un calendario de baloncesto agobiante, quién entrena al entrenador? ¿Quién cuida del entrenador? No tiene una respuesta y es parte de los procesos que necesita el deporte. El basket está creciendo mucho y vemos una Euroliga de 20 equipos muy grande, con muchas jornadas dobles más la liga doméstica. Cuando una organización ligada a otras crece tanto por una vía, pero los clubes no son capaces de dotar al entrenador de herramientas para que sea mejor, en las empresas es cada vez más normal que haya mini-formaciones, conversaciones con los profesionales… Pero no se cuidan los staff, o se convierten en que tienes que entrenar, viajar, ponerte el chándal… Deben crecer los staff: el técnico, el médico, nutrición, salud mental… Si no, ¿cómo mantienes a tanta gente fuera de casa durante tanto tiempo, con las derrotas, las lesiones, los viajes, la presión, el público, la prensa, tus estadísticas, tu agente…? Hablamos de una profesión para superhombres, y eso no existe. ¿«La soledad del entrenador» es así con tanto equipo? ¿No pega, verdad? Siempre se habla de ‘la soledad del líder’ y hasta yo, que solo he entrenado a un nivel muy básico, lo he experimentado. Cuando pierdes, tu soledad crece, porque no contagias que la gente venga a tu lado. Pues imagina eso al extremo de un profesional en la élite. Tienes al presidente, al director deportivo, al que te paga… Los ayudantes, es lógico, dudan si arrimarse mucho al entrenador… Es gente que puede temer por su trabajo. Y es por eso que el entrenador acaba encontrándose solo. ¿Conspira el baloncesto contra sí mismo destacando siempre individualidades? Así es. De ahí que en los últimos años estudio más el apartado estadístico del ‘más menos’ y no la valoración. No dice toda la verdad, pero da pistas de cómo juega el equipo. Porque la valoración te habla casi del egoísmo de un jugador. El ‘más menos’ nos sitúa cómo está el equipo jugando contigo en la pista. Si cada uno hace su trabajo porque el entrenador es capaz de hacer buenos roles, puede poner a los jugadores adecuados. Pero para ello necesitamos mucha más formación en cuanto entrenadores que quieran explorar y aprender de las nuevas tecnologías relativo a las estadísticas avanzadas para un rendimiento mejor. No vale lo que hacíamos hace 20 años. Tenemos más información que nunca, pero las ligas nos obligan a no cambiar y eso nos estanca en una Euroliga tan grande. Creo que es un tema de comité de expertos; de hablarlo y concluir qué tenemos que mejorar en la formación de entrenadores. Tras más de 20 años en el Baskonia, ¿lo que ve le parece una racha de malos resultados o algo más preocupante? Yo he vivido la época dorada del Baskonia, época en la que raro era no jugar e incluso ganar una final. Pero estamos en un momento de cambio de época. Lo fácil sería decir que hay que dar con la tecla, pero creo que hay que ir más allá y ver qué cosas verdaderamente tienen que cambiar para no perder lo que se ha ganado en años. Eso es algo que tienen que trabajarlo dentro y hay que tener la paciencia necesaria para que el proyecto tenga efecto. Pero para ello, ante todo, hay que creer en él. En ese sentido, Josean Kerejeta ha tenido el buen ojo de buscar grandes entrenadores con un perfil similar. No sigue Dusko pero viene ‘Peras’, que tiene una idea similar. Incluso Neven -Spahija-, la tiene, con sus matices; pero el rigor es el mismo. Incluso con Pedro Martínez o Sito Alonso. Ahora el Baskonia ha decidido cambiar con Pablo Laso o Paolo Galbiati. Pero es muy difícil hacer un cambio y que funcione al día siguiente. Pero una característica de las que hace gala el club es la ambición; no así la paciencia. El equipo sabe reaccionar, lo hemos visto. Pero le falta la paciencia de ponerse por delante. Y si nos referimos al club, este es precisamente el momento de la paciencia. ¡Estamos arrancando un proyecto nuevo! Ningún proyecto, ni el mejor, tendrá rendimiento mañana mismo. Con la pasión y las dedicación que se le pone, no importa lo que inviertas hoy, dará frutos, pero con el tiempo y con paciencia. El infierno está empedrado de grandes proyectos. Por supuesto, a veces no era el momento, no tocaba… Pero casi nunca ha habido paciencia. Estoy convencido de que con paciencia y el seguir haciendo cosas, se llega a muchos sitios. De igual modo, con un nuevo entrenador lo que menos dura es la paciencia, porque los resultados te llevan a ello. Y ahora que lo veo desde fuera, no me refiero a Galbiati necesariamente, veo a entrenadores que no dirigen. Se ocupan de estar muy activos; que se les vea. ¡Así no ven el juego! Banquillos que se levantan completamente, entrenadores que andan en dirección opuesta al juego… El entrenador precisa pausa, compartir con sus ayudantes las ideas. Y los ayudantes deben observar el juego, no codirigir. ¿El ayudante debe opinar, aunque al jefe no le guste? Primero piensa en el jugador. Se retransmiten tiempos muertos donde no se ven soluciones, sino enfados. El jugador ya sabe que lo ha hecho mal, porque nadie sale a hacerlo mal. No puedes gritar, tirar la pizarra y luego decir ‘jugamos la tres arriba’. Eso se ha quedado muy atrás. Respecto del ayudante, hay que encontrar el momento; mi formación de profesor y en coaching me ha ayudado. Mi formación en coaching cambió mi manera de relacionarme con los entrenadores. Y de ahí me di cuenta de que alguno me escuchaba más; guiarlo en cómo veía yo las cosas y luego que decidiese él. Es más, he durado tanto tiempo no tanto por de la gente del club, sino por los entrenadores. En mí han visto que era una persona que podía seguir cultivando lo que venía siendo el éxito del Baskonia. Si tienes historias de éxito, no las puedes borrar de golpe; alguien las tiene que conocer y cuidar para transmitirlas. ¿Hace falta un staff con «pensamientos divergentes»? Sí, pero sin que eso signifique que cada cual va por su lado. Remar juntos es buscar las soluciones y para ello, ha de haber muchas opiniones, si no divergentes sí diversas. Y si las ideas chocan ¿dónde está el problema? Habrá un líder que decida, pero si solo escuchamos lo que queremos oír, tampoco vamos a avanzar. ¿Cuando suena un cese, cuesta más que un líder escuche? Sí. Lo he sentido y quien ve su puesto peligrar, también. Es la peor sensación que puede tener. Solo los resultados hacen que los dirigentes cambien de opinión. Pero ojo, elaborar un equipo es un trabajo a largo plazo y los resultados a corto pueden ser engañosos. Por eso, es el momento de estar juntos, el club entero. Recuerdo un reproche a Ivanovic fuera de Gasteiz cuando llevó a su equipo de museos. Montar actividades alrededor del equipo puede ser bueno, pero no sé hasta qué punto, porque influyen en el rendimiento final, en cualquier empresa. Hay tantas horas que el grupo pasa juntos, que quizás hace falta lo contrario. Quieres cenar con tu pareja, estar con tus amigos… Hay que explorar hasta qué punto vienen bien estas actividades. En verano usted dirigió un campus del Baskonia con gente joven. La mayoría de jugadores no van a dedicarse al basket. ¿Cómo lo enfoca? Me han gustado de siempre estos campus y, de hecho, me había ido fuera de Gasteiz hasta que entre Jesús Vázquez Carlos Izar De la Fuente montan el Campus Internacional. He estado 17 años en él. Ese tipo de trabajo me gusta mucho porque es trabajar con gente adolescente en un ámbito que les gusta y a partir de ahí les puedes dar herramientas: quitar timidez, aprender valores, hacer amigos, salir de casa… El baloncesto profesional es empresa. El baloncesto como deporte está en los patios y en los colegios, en los parques… «He durado tanto tiempo no por de la gente del club, sino por los entrenadores. En mí han visto que era una persona que podía cultivar lo que venía siendo el éxito del Baskonia» «Remar juntos es buscar las soluciones y para ello, ha de haber opiniones si no divergentes, sí diversas. Y si chocan, ¿dónde está el problema? Luego habrá un líder que decida» «Hay técnicos ocupados de estar activos; que se les vea. ¡Y no ven el juego! Necesita pausa, compartir con sus ayudantes las ideas. Y los ayudantes deben observar el juego, no codirigir» «Me gusta mucho trabajar con gente adolescente. El basket profesional es empresa. El baloncesto como deporte está en los patios y en los colegios, en los parques…»