23 NOV. 2025 Historias de amor Iratxe FRESNEDA Docente y comunicadora audiovisual {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} Hay festivales de cine que te abrazan a su llegada, ya seas parte del público o una de las invitadas que acude a trabajar como cineasta, jurado o prensa. Hay festivales en los que he completado mi formación como directora, durante las sesiones programadas con gusto, valentía, talento a lo largo de los años y en las tertulias tras los visionados. Recuerdo un festival en las montañas de Portugal, en la Serra da Estrela, en el que el pueblo se implicaba en este abrazo mediante la figura de la madrina y el padrino de cada película. Ellos nos acompañaban, divulgaban la obra y se convertían en tus cómplices. Los festivales en los que se disuelve la frontera entre espectadores e invitados y se crea una hermandad son los que consiguen que vuelvas a ellos. Este año nos dejaba Fran Gayo, programador veterano del festival de Gijón, alguien que sabía descubrir perlas escondidas y dar oportunidades a los nuevos talentos. Recuerdo una vez en la que invitó a un joven al que realizó una lista de películas para ver durante el festival, para que avanzara, para que aprendiera. Nos cruzamos con ese joven en el estreno de ‘‘Tetuán’’ hace unos años. No sé qué estará haciendo ahora, si elaborará sus listas propias o si aquella fue la última que siguió a rajatabla. No importan los años que pasen o si las listas se elaboran al azar; siempre encuentro cine en Gijón, libre, alejado de las convenciones.