GARA Euskal Herriko egunkaria

La COP30 acaba con un acuerdo inútil para hacer frente a la crisis climática

Los grandes productores de petróleo impusieron su veto al resto y, para salvar con un acuerdo la Conferencia del Clima, aceptaron un texto descafeinado y timorato en el que ni siquiera se menciona la hoja de ruta para acabar con el consumo de combustibles fósiles, los grandes responsables del calentamiento global.

La organización Extinction Rebellion tiñó ayer de verde el Gran Canal de Venecia como protesta por la inacción climática. (EXTINCTION REBELLION)

En su papel de anfitrión, el presidente de Brasil, Lula da Silva, intentó ayer salvar los muebles como pudo tras el bajo perfil del acuerdo con el que finalmente se cerró la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP30) en Belem. «En el año en el que el planeta superaba por primera vez, y quizás de forma permanente, los 1,5ºC por encima de los niveles preindustriales, la comunidad internacional tenía que elegir: seguir o rendirse. Hemos elegido la primera opción». Es decir, seguir sin hacer lo que la ciencia dice que hay que hacer para al menos mitigar de forma considerable las consecuencias de la crisis climática, podría añadirse.

Las negociaciones duraron toda la noche y dejaron escenas dignas de un sainete. Por ejemplo, el representante ruso -uno de los que bloqueó cualquier avance sobre combustibles fósiles- pidió a las delegaciones latinoamericanas que «dejen de comportarse como niños» y protestó, acto seguido, por el lenguaje inclusivo que adoptaron los anfitriones de la cumbre, reclamando junto a Argentina una definición de hombre y mujeres basadas en el sexo.

En resumen, no lo han tenido fácil los brasileños ni los representantes de la ONU, que han tenido que rebajar expectativas y contentarse con algunos tímidos avances en adaptación, transparencia y financiación, si bien también en esta última los resultados han sido mucho más tímidos que los esperados.

Hasta el secretario ejecutivo de la COP30, Simon Stiell, pese a todo el empeño que puso en defender el texto, tuvo que admitir que entiende la «frustración» de muchos países -sobre todo latinoamericanos, europeos e insulares-. «Muchos países querían avanzar más rápido en combustibles fósiles, finanzas y en la respuesta a los desastres climáticos en espiral», lamentó.

Además de numerosos Gobiernos, asociaciones ecologistas con presencia en Belem calificaron el resultado final de auténtico desastre. Greenpeace consideró que «no está a la altura de la crisis», mientras que Ecologistas en Acción calificó la cumbre como «una de las más opacas de la historia». La organización Amigas de la Tierra dijo que la COP30 «ha dado la espalda a las comunidades más afectadas y ha sucumbido ante el lobby fósil», y la Alianza Verde tildó la conferencia de «una nueva oportunidad perdida y un auténtico retroceso».