Triunfo con premio y derrota sin excesivas consecuencias

Cara y cruz en el cierre de la 12ª jornada de la Liga F, que precede al parón liguero. Por suerte, las consecuencias de la victoria son mucho más trascendentes que las de la derrota. La Real se aupa a la segunda plaza de la clasificación, aprovechando la derrota del Atlético en Tenerife, y, aunque se mete en su peor racha de la temporada, el Eibar se mantiene cinco puntos por encima del descenso.

Era lo previsible, teniendo en cuenta clasificación y dinámicas, pero los pronósticos hay que cumplirlos. Lo hizo la Real, que se reencontro con la victoria tras el pequeño frenazo del derbi, frente a un Alhama que encadena cuatro derrotas y al que solo los pobrísimos números de Levante y DUX salvan por el momento de la quema.

Los muchos cambios con los que encaró el encuentro la Real dejaron una de las grandes noticias antes incluso de que comenzara: Alazne Estensoro pudo debutar, por fin, con el primer equipo txuriurdin. Hasta que despejó un balón con el pie en el minuto 23, no se le vio, prueba de la superioridad local.

Entre De Toro y el larguero evitaron por dos veces el gol, pero el segundo acabó en un córner que Eizagirre botó cerrado y el rechace lo cazó Emma para marcar el 1-0. Seis minutos después, la capitana envió a las nubes un penalti, pero pudo resarcirse pronto, aprovechando un error de la defensa murciana para ampliar distancias.

El Alhama apenas se había acercado a balón parado y así llegó su gol en la segunda parte. Con una falta colgada por Encarni que tocó Judith. Su equipo no pudo darle continuidad. Arturo Rioz realizó un triple cambio y, nada más entrar, Aiaa provocó un penalti por mano y Edna anotó el 3-1 desde los once metros.

CUESTA ARRIBA

También imperó la lógica en Valdebebas, donde el Eibar soñaba con repetir la campanada del pasado curso. Algo tuvo que ver que el primer gol de Weir, nada más empezar, llegara en fuera de juego que no apreciaron ni árbita en directo ni la asistente en el FVS.

A las armeras les tocó nadar contra corriente. Y no lo hicieron mal. Al menos, ganaron metros, pisaron el área y forzaron algunas acciones a balón parado que mantuvieron vivo al equipo frente a un rival que no acabó de sentirse cómodo atrás y tampoco generó demasiadas ocasiones. Con todo, la única realmente clara para el Eibar llegó en el 44, con un centro de Sara Martín que Carla cabeceó alto.

Weir repitió nada más arrancar la reanudación, esta vez con un precioso zurdazo desde la frontal que entró por la escuadra. Tampoco así arrojó la toalla el Eibar, pero apenas inquietó con un disparo cruzado de Carmen Álvarez que cruzó el área sin que nadie llegara a tocarlo.

Pau Quesada, que había alineado un once con mucha meritoria, fue presumiendo de fondo de armario con las sustituciones del segundo tiempo, complicando aún más la tarea de las eibarresas. La base del poste primero y Astralaga después evitaron el tercero, pero Rocío Gálvez aprovechó un rechace de la guadameta a seis minutos del final para acabar con cualquier, inexistente, atisbo de duda.