26 NOV. 2025 Ese miedo que no inmoviliza Carlos GIL ZAMORA Analista cultural {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} La gran actriz Blanca Portillo señala que es valiente porque tiene miedo. Todas las personas dedicadas a la interpretación relatan que en los segundos antes de entrar a escena sienten una suerte de pánico, se plantean dar media vuelta, se preguntan porqué se dedican a esa profesión e inmediatamente dan ese paso adelante que les hace entrar en territorio sagrado, iluminado, donde se acaba todo ese pensamiento que conforma un mundo previo a la anunciación para entrar en otra dimensión de la consciencia y es ahí donde empieza lo sublime de la interpretación.Es más, entre los profesiones de la actuación teatral, se mitifica estos segundos largos como parte esencial de su propia identidad profesional, llegando a asegurarse que perder ese llamémosle miedo, significa haber perdido una parte esencial de la tensión creativa, del respeto por el acto excelso de actuar para convertirse en un ser que hace teatro y hace ver que asume papeles cuando no es nada más que un cuerpo que dice unas palabras sin llegar a cambiar la frecuencia de las respiraciones de los espectadores. Es cuando la seguridad se conviertte en rutina y en falta de ambición artística, antepnendo la inmovilidad, el oficio com coartada.En el mundo taurino se coloca al miedo como la fuente de creación más reconocible ante un animal no educado sino maltratado y a la defensiva. Pero en las artes escénicas la valentía se expresa rompiendo los límites de lo confortable, buscando más allá de lo lógico, haciendo arte de esas contradicciones de los seres humanos y los dioses, convirtiendo el miedo al fracaso en material de inspiración. Es un miedo que no bloquea sino que manttiene alerta todos los poros del cuerpo y en actividad todas las neurosas para lograr esos instantes efímeros de arte y belleza.