26 NOV. 2025 Washington ultima la narrativa para atacar territorio venezolano EEUU intensifica su retórica y movimientos en el Caribe mientras el Gobierno de Nicolás Maduro acusa a Washington de fabricar un pretexto para una intervención. Entre advertencias aéreas, despliegues militares y acusaciones cruzadas, la tensión crece alrededor de Venezuela en un clima de máxima tensión regional. Nicolás Maduro, durante una manifestación con motivo del Día de la Juventud en Caracas, el pasado 13 de noviembre. (Juan BARRETO | AFP) Markel DE BILBAO {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} Donald Trump aprieta, pero aún no ahoga. Tras declarar el pasado lunes al cartel de Los Soles como «organización terrorista» -calificación que Nicolás Maduro tildó de «patraña»-, Estados Unidos dio otro paso en la construcción de una narrativa que podría justificar eventuales acciones sobre territorio venezolano. Aunque la propia ONU ha concluido que Venezuela no forma parte de las principales rutas del narcotráfico hacia Estados Unidos o Europa, Trump no levanta el pie del acelerador. Después de matar a más de 80 personas a bordo de supuestas «narcolanchas», el mandatario norteamericano insinúa ahora la posibilidad de tomar acción directa dentro de las fronteras venezolanas. La advertencia emitida por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) a las aerolíneas para «extremar la precaución» en los vuelos sobre Venezuela no ha hecho sino reforzar la percepción de un intento deliberado de aislar al Gobierno de Maduro. El mayor despliegue del Ejército estadounidense en años -incluida la presencia del portaaviones Gerald Ford, el más grande del que dispone- parece responder a una intención explícita de influir de manera decisiva en el devenir del país latinoamericano. Aun así, Maduro se muestra convencido de que «no van a poder con Venezuela». Sus apariciones distendidas en los medios, la celebración de encuentros en favor del «derecho internacional» o sus apelaciones directas a Trump solicitando peace contrastan con la imagen de acoso externo que el propio Ejecutivo denuncia. La visita de Dan Caine, jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, a la base de Puerto Rico, su próxima parada en Trinidad y Tobago, y prácticamente todos los movimientos recientes de Washington en América Latina se enmarcan bajo la llamada Operación Lanza del Sur, destinada oficialmente a combatir el «narcoterrorismo» en el Caribe y el Pacífico. No obstante, EEUU no ha presentado aún pruebas sobre la carga que llevaban las «narcolanchas» atacadas ni sobre los presuntos vínculos de Maduro con el cartel de Los Soles, una organización que varios expertos evitan incluso calificar como cartel. HUSSEIN Y MADURO Almacén de una de las mayores reservas de crudo del mundo, Venezuela es objeto de una vigilancia constante por parte de EEUU y sus aliados. Aunque estos mantienen relaciones con regímenes de muy distinto signo, gran parte de su atención se concentra en denunciar y deslegitimar al Gobierno bolivariano. Resulta difícil no trazar paralelismos con la invasión de Irak en 2003, cuando el relato sobre supuestas armas de destrucción masiva -que posteriormente se demostró infundado- sirvió como justificación para que el llamado Trío de las Azores invadiera el país y asegurara el control de sus recursos petrolíferos. Aquel marco narrativo, impulsado por figuras como Dick Cheney, Donald Rumsfeld o Condoleezza Rice, es hoy ampliamente visto como un ejemplo del peso que los intereses de poder estadounidenses pueden tener por encima del derecho internacional y los mecanismos de prevención de conflictos. A la espera de una llamada entre Maduro y Trump que puede tener lugar en los próximos días, un ataque directo sobre territorio venezolano con el objetivo de derrocar al mandatario bolivariano podría convertirse en un nuevo capítulo de la larga historia de tensiones, intervenciones y disputas geopolíticas protagonizadas por la «democracia más antigua del mundo» y sus flamantes presidentes «pacifistas». INJUSTIFICADOEEUU NO HA PRESENTADO AÚN PRUEBAS SOBRE LA CARGA DE LAS «NARCOLANCHAS» ATACADAS NI SOBRE LOS PRESUNTOS VÍNCULOS DE MADURO CON EL CARTEL DE LOS SOLES, UNA ORGANIZACIÓN QUE VARIOS EXPERTOS EVITAN INCLUSO CALIFICAR COMO CARTEL.