28 NOV. 2025 DE REOJO Servicio militar voluntario Raimundo FITERO {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} Llevan muchos meses algunos dirigentes europeos planteando asuntos guerreros con globos sonda que auguran malos tiempos para la lírica y la política. En estos retrocesos de la moviola, lo que se intenta transmitir en las redes de secuestro de la voluntad y del libre albedrío es que el peligro está en Rusia. ¡Que viene los rusos!, exclaman en cancillerías, palacios, palacetes y edificios blindados. Lo susurran los fabricantes de armas, los vendedores de estrellas para uniformes militares, los agentes del caos. Por eso se amenaza de una manera demasiado burda sobre el incremento de armamento de todo tipo y en al aumento de los cuerpos de ejército, es decir se necesita tropa, se necesitan individuos que acaben formando regimientos, desfiles y llantos. En Alemania se habla de restablecer el servicio militar, pero en Francia lo tienen ya configurado en un borrador: se llamará servicio militar voluntario, podrán apuntarse jóvenes de dieciocho y diecinueve años, durará diez meses, solamente intervendrán en territorio nacional y cobrarán ochocientos euros. ¿Se puede pedir más clasismo, precariedad y explotación? ¿Qué se puede aprender en un mes de instrucción y diez meses de servicio? Lo contesta Macron: «conocerán todos los fundamentos de la vida militar, adquirirán disciplina y se les entrenará en el manejo de armas, la marcha, los cantos y todos los rituales que nutren a la infantería de nuestras fuerzas armadas y contribuyen a la grandeza de la nación». En la convocatoria demagógica se habla de un guerra inminente. Estamos ante una oferta tóxica y alarmante por su función intoxicadora.