Kiev encuentra la negociación con EEUU más difícil de lo que esperaba

Las delegaciones de EEUU y de Ucrania se reunieron ayer en Hallandale Beach, en el sur de Florida, en un encuentro que el secretario de Estado, Marco Rubio, calificó de «productivo» aunque «aún queda mucho trabajo», y señaló que buscan garantizar un futuro estable para una Ucrania «soberana e independiente».

Además de Rubio, por parte de Estados Unidos participaron el enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, y Jared Kushner, asesor y yerno del presidente Donald Trump. La delegación ucraniana estuvo encabezada por el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, Rustem Umerov, después de que el que era jefe de la delegación, Andrii Yermak, dimitiera al verse implicado en un caso de corrupción.

Rubio insistió en que un acuerdo duradero debe impedir que Ucrania «vuelva a enfrentar otra agresión», pero Washington no planteó un acuerdo al gusto de Kiev.

Según una fuente cercana a la delegación ucraniana, «el proceso no es fácil, ya que continúa la búsqueda de términos y soluciones». Otra fuente de alto rango declaró a AFP que «la redacción es compleja, principalmente en lo que respecta a los territorios, porque (los estadounidenses) se consideran exclusivamente mediadores y no una parte» que apoya a Kiev. Witkoff viajará esta semana a Moscú para presentar los avances a Vladimir Putin. EEUU presentó un plan de 28 puntos para poner fin al conflicto que fue modificado y reducido a 19 puntos por el desacuerdo de Ucrania y sus aliados europeos, que lo amoldaron a sus intereses.

Estas conversaciones se desarrollan a medida que el Ejército ruso avanza y el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, se ve debilitado por el grave escándalo de corrupción cada vez más cercano.

Rusia ha intensificado sus ataques contra infraestructuras energéticas. Ayer, Kiev y otras regiones volvieron a ser escenario de un bombardeo ruso que dejó una víctima mortal y 19 heridos, tras el ataque masivo del sábado.