03 DéC. 2025 GAURKOA Gernika: entre la chabacanería y la soberbia Iñaki BERNAOLA Escritor {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} El tema de Gernika viene trayendo cola desde hace mucho. Incluso desde el día siguiente a que se produjo el bombardeo llevado a cabo por la Legión Cóndor nazi a las órdenes de Franco. Dicen que fue la primera vez en la historia en que a la población civil se la consideró objetivo militar propiamente dicho; aunque no está mal recordar que varios años antes, en la guerra de Marruecos, el ejército español gaseó desde el aire aldeas rifeñas utilizando para ello los excedentes de la Primera Guerra Mundial, comprados, una vez terminada esta, a los países beligerantes. Desde aquel ya lejano 1937, Gernika ha sido un símbolo de la barbarie, gracias, entre otras cosas, al famoso cuadro de Picasso, pero también una patata caliente para quien quiera tergiversar la historia, convirtiéndola en un relato interesado. Fueron los franquistas los primeros mentirosos, pues su versión «oficial» del bombardeo culpaba al ejército republicano de haber sido el autor del mismo, mentira que se mantuvo durante décadas. Pero aparte de esclarecer y reconocer la verdad sobre los hechos ocurridos, no menos importante es asumir la responsabilidad de lo ocurrido. En 1997, el entonces presidente de la República Federal de Alemania, Roman Herzog, ya pidió perdón por el bombardeo, al ser la aviación alemana quien lo llevó a cabo. Contrasta esta actitud con la negativa de España y de sus respectivos gobiernos del franquismo y del postfranquismo, sean de uno u otro signo, bien desentendiéndose del asunto o bien justificando su negativa con argumentos más o menos chabacanos. Por ejemplo. Se ha afirmado más de una vez que el actual régimen español es heredero de la Segunda República. ¿Alguien conoce algún caso en la historia, en el cual una monarquía sea heredera de una república? Si descartamos la evolución histórica de la antigua Roma, creo que no: De todas formas, no olvidemos que, tal y como se decía en el franquismo, Spain is different. Bromas aparte, el actual régimen español no es heredero de la República, sino del franquismo. ¿Por qué? Porque tras la victoria militar franquista en 1939 se produjo una ruptura absoluta con el régimen republicano, pero tras la muerte de Franco en 1975 no se produjo ninguna ruptura con el franquismo. Algunas personas cercanas al socialismo español se consideran ellas mismas herederas de la Segunda República y, por tanto, con respecto al bombardeo de Gernika se ven más en el papel de víctimas que de victimarios. Aun suponiendo que efectivamente sean republicanas, lo cual a lo mejor es suponer demasiado, querer sacudirse el tema reduciéndolo a un problema personal resulta cuando menos frívolo. ¿Qué se esconde detrás de argumentos de tamaña falta de rigor? La primera impresión que saco es que existe una actitud de soberbia. La misma soberbia que se hizo patente en otros casos, como por ejemplo a raíz de la petición de México al Estado español para que pida perdón por lo ocurrido durante la colonización y la conquista. Una soberbia que denota, entre otras cosas, que España sigue manteniendo una identidad de nacionalismo de imperio, aunque se trate de un impero más venido a menos que pujante. Creo que es responsabilidad de un gobierno y de un Estado que se precien intentar dejar a la historia de su país en el mejor lugar posible, reconociendo y asumiendo los errores e injusticias que se hayan cometido en el pasado, sean o no culpables directos de los mismos. Creo que el gobierno alemán sí ha entendido esto, de ahí que no haya tenido reparo en pedir perdón por unos hechos que, dicho sea de paso, fueron llevados a cabo por un régimen alemán con respecto al cual sí que se produjo en su día una ruptura. Ante cualquier petición de perdón, sea de índole personal o más general, tan importante como quien la pide es a quién va dirigida. Podemos pensar, en el caso del presidente alemán, que su petición se refiere a las víctimas del bombardeo o, por extensión, a todo el pueblo de Gernika. Pero en el caso de España las cosas son más complicadas: ¿A quién debería pedir perdón el Estado español? ¿Bastaría con hacerlo en los mismos términos que el presidente alemán? Por una parte, no está mal recordar que el de Gernika no fue el único bombardeo. Ahí están también el de Durango, el de Otxandio y otros. Pero además de eso, ocurre que Gernika no es solo una villa más, sino que simboliza al pueblo vasco en su conjunto. Esa fue una de las razones por las cuales el franquismo la escogió: bombardear Gernika era también bombardear el alma del Pueblo Vasco. ¿Y qué supondría que el Estado español pidiera al pueblo vasco perdón por algo cometido por un régimen que, aunque no es el mismo que el actual, tiene con él ligazones evidentes? Pues, según mi opinión, no solo romper con la ideología nacionalista de imperio, sino con todo el entramado propagandístico que el Estado ha ido urdiendo desde el mismo día siguiente al bombardeo. Un entramado que, con los matices que se quiera, sitúa todo lo relacionado con la identidad del Pueblo Vasco en el campo de la heterodoxia, cuando no de la herejía. Pedir perdón en Gernika sería reconocer de facto que el Estado español ha actuado con respecto a Euskal Herria con sadismo, crueldad e iniquidad. Supondría también que las infinitas peticiones de perdones y arrepentimientos realizadas por dicho Estado a quienes, con armas o sin ellas, defienden la soberanía del Euskal Herria hasta sus últimas consecuencias, tendrían, como mucho, una justificación relativa, o incluso nula. Pero para que todo esto cambie todavía falta mucho, por desgracia. Pedir perdón en Gernika sería reconocer de facto que el Estado español ha actuado con respecto a Euskal Herria con sadismo