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DE REOJO

Maneras de definir


La Clave. Las claves. En clave de sol. Hay muchas generaciones que no saben exactamente de qué hablamos, cuando hablamos de un programa televisivo que se llamaba “La Clave” en el que se pasaba una película y después se reunían media docena de personas para hablar no de la película, sino del tema que plateaba la película. Empezó en blanco y negro hasta acabar en el pal color que lo acercó a la modernidad cromática. La recordamos porque se debatía desde posturas diferentes, con educación, argumentos y la presencia de personas elegidas para el debate por su entendimiento de lo tratado de manera exhaustiva. Este programa creó afición y escuela. Una escuela que se ha perdido, que nadie ha seguido y que, si volviéramos a aquellos modos de tiempo, espacio, con orden y un tono confortable sin esquivar ningún tema, parecería que es algo aburrido.

En estos tiempos del grito y la intención de anulación del otro, se dice de una manera reiterativa y bastante frívola, «estas son las claves de» y se añade a continuación cualquier asunto, sea futbolístico, religioso, político o circunstancial. Y no se dan claves, se dan opiniones y la inmensa mayoría de las veces, sesgadas, de parte, sin aclarar, sino lo contrario, oscureciendo todavía más el asunto que sea. Y lo que más ha cambiado en estos planteamientos tertulianos es que todo debe ser urgente, rápido, el tiempo es mínimo, se vive de píldoras, no de explicaciones, no se trata de convencer, sino de anular al contario con una banalidad, un insulto, una descalificación o un bulo. Todo aleatorio. Por lo tanto, las claves se parecen mucho a clavos ardiendo.