El exterminador

No es casual. Llevan varios meses en manifiesta actitud de conjugar el verbo transitivo conchabar entre PNV y PP. Que el Ararteko salga con los votos del exterminador es una de las muchas muestras que se van acumulando. El propio lenguaje del Lehendakari y del consejero de la porra soltando esa joya intoxicadora, llamando fascistas de izquierda a quienes se han enfrentado a pecho descubierto contra los fascistas franquistas y asimilados, forma parte del mismo pacto secreto o ideológico que va anidando de una manera muy evidente.

No obstante, clamar desde un atril parlamentario por el extermino de EH Bildu, entra ya en la escalada fascista consentida. No se trata de protestar o señalar al engallado exterminador, sino de darse cuenta de la floja o nula reacción de los que sustentan el Gobierno Vasco. El problema es la obsesión del PNV por asfixiar cualquier remota posibilidad de que la izquierda abertzale logre resultados electorales que les deje sin poder mantener el control de los presupuestos y demás fuentes de enriquecimiento rápido. Eso les está llevando a quitarse con urgencia las caretas que difuminaban su auténtico pensamiento respecto al ejercicio del poder democrático en Euskadi.

Así que atentos por si nos llegan ángeles o demonios exterminadores, si van a recurrir a los escuadristas falangistas o van a hacer a Vox el garante de todas sus decisiones, pero todo hace aventurar que se camina hacia una confluencia reaccionaria que llevará lazos y bolitas colgando. Muy bien bendecida, subvencionada y justificada por agentes conocidos. Los oportunistas profesionales tienen poderes para oler el futuro.