Un pecado de juventud deja a la Real sin victoria ante el Levante

El peaje de la inexperiencia, la tensión de no querer defraudar… Un error de Mariezkurrena, sacando las manos en área propia, regaló al Levante un penalti que sirvió a los granotas para empatar el encuentro en el minuto 93. Hasta ese momento, la Real tenía en las manos una sufrida y trabajada victoria merced a un testarazo del japonés Take Kubo justo antes del descanso.

En este debut liguero de Ansotegi en el banquillo, el regreso del capitán Oyarzabal al once fue lo más destacado, junto a la titularidad de Sucic y Marín en el centro del campo -premio a sus buenos minutos en Elda- en lugar de Brais y Soler. Además, Aritz fue el elegido para suplir la ausencia por sanción de Aramburu.

Tras unos minutos chispeantes del Levante, la Real pasó a tener la manija del choque, aunque le costaba terminar las jugadas y sus pérdidas metían el miedo en el cuerpo, sobre todo vistos los precedentes. La primera ocasión fue de Oyarzabal cuando se llegaba al ecuador de la primera mitad, tras un desmarque para el pase en profundidad de Kubo. El disparo del de Eibar, con la derecha y poco ángulo, se marchó cruzado.

Tras un buen remate de cabeza de Jon Martín y una amarilla a Zubeldia -quinta, acarrea sanción- llegaron las mejores ocasiones justo antes del descanso. La local la provocó Remiro con una pérdida al intentar regatear a Iván Romero, pero afortunadamente el de Castante pudo enmendar su error. Y en la jugada siguiente, Oyarzabal robó un balón que prolongó a Guedes, cuyo centro tocó en un defensa antes de llegar a Kubo libre de marca, que cabeceaba a la red.

El japonés, que anotaba su primer gol con la cabeza desde que viste la camiseta blanquiazul, se fue a la esquina en la que estaba la afición blanquiazul, ante la cual juntó las manos pidiendo perdón.

GOLPE FINAL

Lo esperable era que el Levante saliera en la reanudación con el acelerador pisado. Dicho y hecho. Había que mantener la concentración, pero un despiste en el saque de una falta dejaba solo a Pablo Martínez. Remiro puso la mano fuerte para repeler su disparo y evitar el empate.

Los donostiarras trataban de mover el balón para bajar las pulsaciones al duelo, pero no lo conseguían, aunque el meta local Ryan, ex txuriurdin, tuvo que intervenir hasta dos veces a tiros de Oyarzabal y Kubo. Los tres puntos estaban al alcance de la mano, pero había que rematar la faena.

Oyarzabal, que estaba reventado, fue sustituido por Mariezkurrena, mientras que Astiazaran entraba por Kubo. Ansotegi echaba mano de dos de sus guerrilleros del Sanse para el descuento. Pero en el 93 Mariezkurrena sacó las manos en el área para tocar a Carlos Álvarez, que con su caída provocó un penalti que Dela no falló. Durísimo el golpe anímico para el canterano de Astigarraga y para el resto del equipo, que realizó un trabajo ímprobo pero no pudo certificar su victoria.