24 DéC. 2025 FRONTERA Buenas intenciones atrapadas en un guion tibio Gaizka IZAGIRRE HERNANI {{^data.noClicksRemaining}} Pour lire cet article inscrivez-vous gratuitement ou abonnez-vous Déjà enregistré? Se connecter INSCRIVEZ-VOUS POUR LIRE {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} Vous n'avez plus de clics Souscrire {{/data.noClicksRemaining}} Si “Frontera” fuera una persona, sería alguien de amabilidad impecable y nobles intenciones, pero que, cuando llega la hora decisiva, se refugia en palabras ceremoniosas y gestos contenidos. La nueva película de Judith Colell nos transporta a 1943. Franco ha bloqueado el paso a los judíos que huyen de la represión nazi por los Pirineos. En la aduana de un pueblo fronterizo, Manel Grau, un funcionario con pasado republicano, decide contravenir las órdenes ayudado por Juliana, una vecina del pueblo, y Jerôme, un pasador francés. Entre todos inician una cruzada para ayudar a huir a tantos judíos como sea posible. Manel y su mujer Mercé se verán atrapados en esta peligrosa odisea. Visualmente, la película sabe cuándo mostrar músculo: los Pirineos no son solo un decorado, sino un personaje más, cruel y hermoso, que pone tensión incluso en los silencios. La fotografía y la dirección artística cumplen su cometido: saben recrear la época sin estridencias, y los actores y actrices consiguen que los dilemas éticos de sus personajes tengan algo de peso. La mezcla de idiomas -castellano, catalán, francés y alemán- añade textura y credibilidad, evitando que la historia se sienta plana o demasiado local. El mayor “pero” de “Frontera” es que es tan correcta como inofensiva. La historia que cuenta es terrible, pero Colell decide pasearse por ella con guante blanco. El ritmo titubea, el guion se dispersa, y la conexión emocional con los personajes se queda en un esbozo. Hay tensión, sí, pero contenida, casi enjaulada, y eso hace que la película nunca consiga golpear donde debería: en el corazón. Es admirable en su intención, respetable en su factura, pero, al final, se queda en algo… tibio. Una película decente, que quiere mucho, pero vibra poco.